Esófago de Barrett
El esófago de Barrett aparece como consecuencia del reflujo gastroesófagico, y su diagnóstico precoz es fundamental, pues puede evolucionar hacia cáncer de esófago. Conoce sus síntomas y tratamiento.

Tratamiento del esófago de Barrett

Omeprazol para el tratamiento del esófago de Barrett

Para inhibir la secreción ácida del esófago de Barrett se usan fármacos y se realizan cambios en la dieta

Por: Dr. Miguel Vacas Córdoba

Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Como hemos dicho previamente, la importancia del esófago de Barrett radica en su carácter premaligno, con el riesgo potencial de que pueda desarrollarse adenocarcinoma de esófago a partir de la secuencia metaplasia-displasia-adenocarcinoma. Y es que la presencia de metaplasia, que es lo que ocurre en el esófago de Barrett (sustitución del epitelio escamoso del esófago por epitelio cilíndrico intestinal), puede evolucionar hacia displasia (anormalidad del aspecto de las células debido a alteraciones en el proceso de maduración), y finalmente hacia adenocarcinoma. El riesgo de desarrollar cáncer de esófago es hasta 50 veces superior en estos pacientes, por lo que es necesario realizar seguimiento endoscópico.

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Así, ante el hallazgo de una metaplasia intestinal esofágica se pueden dar los siguientes supuestos:

  • No hay displasia: se recomienda realizar una endoscopia de control cada 2-4 años en hombres, y cada 4-6 en mujeres.
  • Displasia de bajo grado: se recomienda realizar una endoscopia de control cada 6-12 meses.
  • Displasia de alto grado: el hallazgo de displasia de alto grado hace necesaria la confirmación y la toma de decisiones sobre el tratamiento a seguir. En ese caso, se debe repetir la endoscopia, con revisión de las biopsias por dos patólogos diferentes (el patólogo es el médico encargado de ver las muestras al microscopio). En caso de persistir la displasia de alto grado, si el paciente no es candidato a cirugía se realizará terapia ablativa endoscópica; si lo es, se planteará realizar una extirpación del esófago (esofaguectomía).

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Tratamiento del esófago de Barrett

Fármacos y medidas para manejar el esófago de Barrett

El tratamiento del esófago de Barrett sin displasia o con displasia de bajo grado es el mismo de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), es decir, inhibición de la secreción ácida. Ésta debe hacerse de forma potente, ya que el esófago de Barrett es considerado como una forma grave de la ERGE. Para ello se administra un inhibidor de la bomba de protones (como el omeprazol) a dosis doble de la convencional o, preferiblemente, a una dosis establecida en cada caso concreto de acuerdo a los resultados de una prueba denominada pHmetría gástrica de 24 horas, que se debe realizar en los pacientes con reflujo.

Además, es necesario adoptar medidas generales, como:

  • Que las comidas sean frecuentes y poco abundantes
  • Evitar el exceso de grasas, alcohol, café, chocolate, tabaco.
  • Evitar medicamentos que relajen el esfínter esofágico inferior
  • No acostarse nada más comer, y elevar la cabecera de la cama.

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Es importante recalcar que el tratamiento médico no hace desaparecer el Barrett ni la displasia existente, disminuyendo solo ligeramente el riesgo de cáncer.

En la displasia de alto grado confirmada, el tratamiento recomendado es la cirugía (resección quirúrgica del esófago). De hecho, hasta en el 50% de las piezas obtenidas tras la extirpación del esófago en pacientes con displasia de alto grado se demuestra la existencia de un cáncer. Otro tratamiento disponible es la ablación mediante coagulación con argón-plasma (procedimiento endoscópico de coagulación que pretende lesionar el epitelio metaplásico para su eliminación), que consigue la desaparición de la mucosa anómala en un alto porcentaje de los casos; sin embargo, es frecuente que se produzca recurrencia de la enfermedad en pacientes en los que se había conseguido la desaparición inicial del esófago de Barrett, con un alto porcentaje de metaplasia localizada por debajo del epitelio escamoso, y por tanto no se evita la necesidad de vigilancia posterior. Por ello, su aplicación no puede ser recomendada en la práctica habitual, debiendo individualizarse sus indicaciones.

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Otros tratamiento ablativos endoscópicos para el tratamiento del Barrett, pero menos utilizados, son la electrocoagulación bipolar o multipolar, el láser Yag y la terapia fotodinámica.

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