Dr. Agripino Matesanz
28 de febrero de 2012
La eyaculación precoz, tal como afirma el Dr. Agripino Matesanz, psicólogo experto en problemas sexuales, que dirige la clínica que lleva su nombre, no es una enfermedad, sino “una falta de control debido a causas muy diversas, y que puede conducir a múltiples problemas”, no sólo para el que la padece, sino para su pareja y la relación entre ambos. Es un trastorno que “depende de factores psicológicos y, en gran medida, culturales” y que afortunadamente se puede corregir con el tratamiento adecuado. El doctor Matesanz considera que “un estudio del estado emocional y psicológico del paciente, las circunstancias en que tuvo las primeras relaciones de coito, y la preparación con la que inició sus primeros contactos”, es clave para determinar el origen de la eyaculación precoz y su mantenimiento.
Se distingue entre eyaculación precoz primaria y secundaria, dependiendo de si el varón nunca ha tenido control sobre la eyaculación (primaria), o si lo tuvo y lo perdió (secundaria). ¿Cuál es la más frecuente? ¿Y la más difícil de tratar?
La respuesta a la primera pregunta no ofrece lugar a dudas. En un estudio que realizamos el año 2000 en nuestra consulta con 2.165 hombres con eyaculación precoz, en el 80 por ciento de ellos, tal disfunción es primaria, frente al 15,5 por ciento en los que es secundaria. En cuanto a la segunda pregunta, me alegro de que utilice el verbo “tratar” y no “curar”, como oímos y leemos con frecuencia, lo que refuerza el error de que la eyaculación precoz es una enfermedad. No lo es, sino más bien una falta de control debido a causas muy diversas, y que puede conducir a múltiples problemas que afectan al hombre, a la mujer y a la relación sexual. ¿Cuál es más difícil de tratar, la primaria o la secundaria? No podemos dar una respuesta tan contundente como a la primera pregunta, ya que la solución al problema depende de factores psicológicos en relación con la persona que la padece, y otros más vinculados a las circunstancias de la relación con su pareja. No obstante, en términos generales, podemos afirmar que suele resultar más fácil la solución a la secundaria porque el hombre, al saber que antes la controlaba, tiene ya una referencia y es mayor su confianza en el tratamiento.
Muchos hombres tienen algún episodio esporádico de eyaculación precoz a lo largo de su vida, o sólo les ocurre en determinadas situaciones o con ciertas personas, ¿cuándo es necesario que un hombre acuda a la consulta del especialista ante este problema? ¿es mejor esperar un tiempo para ver si se resuelve espontáneamente, o es preferible consultar cuanto antes para evitar que el problema pueda cronificarse?
Cuando se dan episodios aislados de falta de control de la eyaculación, hay personas que solucionan el problema sin necesidad de tratamiento, pero a veces el hombre se enfrenta a mayores dificultades de control, ante todo al relacionarse con un/a nueva/o compañera/o. En tal situación, el deseo de que todo salga bien y no defraudar es tan fuerte que aumentan las posibilidades de una nueva recaída. Incluso continuando la relación con la misma persona, si el nivel obsesivo del hombre es alto, puede continuar con el problema sin resolver. Por ello, sobre todo si los episodios de falta de control son frecuentes o prolongados, es conveniente consultar el problema con un/a especialista.
Hay casos en los que a causa de la obsesión por el control o una moralidad desmesurada, al considerar el acto sexual como algo malo y sucio, el hombre perdió no sólo la capacidad de eyacular, sino también la vivencia del orgasmo
En ocasiones la eyaculación precoz es consecuencia de masturbaciones rápidas en las que se tiene prisa por eyacular por falta de privacidad o tiempo. En el caso contrario, si un hombre controla la eyaculación y la retrasa al máximo, ¿puede ser esto perjudicial?
Si tal control no va acompañado de algún desorden o alteración psíquica dicho control no es perjudicial. Hemos tenido casos, no obstante, en los que a causa de la obsesión por el control o una moralidad desmesurada, al considerar el acto sexual como algo malo y sucio, el hombre perdió no sólo la capacidad de eyacular, sino también la vivencia del orgasmo.
La eyaculación precoz puede estar ocasionada por un problema físico, o tener un origen psicológico. ¿Cómo se determina el origen del trastorno?
Los trastornos físicos u orgánicos en muy contadas ocasiones originan una eyaculación precoz. En los miles de casos que han acudido a nuestra consulta no llegan al uno por ciento. Las personas con anomalías congénitas del aparato urinario o de la médula espinal, o ciertos trastornos neurológicas degenerativos como la esclerosis múltiple, pueden acusar una falta de control eyaculatorio, pero estos enfermos no suelen acudir a la consulta del sexólogo.
Un estudio del estado emocional y psicológico del paciente, las circunstancias en que tuvo las primeras relaciones de coito, y la preparación con la que inició sus primeros contactos, nos darán la clave para determinar el origen de la eyaculación precoz y su mantenimiento. Todos estos son datos que recogemos para un correcto diagnóstico del caso.
Lógicamente, si el paciente tiene alguna patología que provoca la eyaculación precoz, para corregir esta será preciso tratar la afección que la origina pero, en el caso de que no existan problemas físicos, ¿qué pautas se siguen en el tratamiento de la eyaculación precoz?
Dado que la eyaculación precoz se debe a la falta de control de un reflejo, no son de utilidad los consejos o charlas del terapeuta. Si bien el terapeuta debe contemplar las características de cada caso, fundamentalmente ha de proporcionar ejercicios y técnicas para el aprendizaje de dicho reflejo. El modo de llevar a cabo este aprendizaje depende, entre otros factores, de que el interesado tenga o no pareja que participe en el tratamiento. Aunque, fundamentalmente, el éxito del tratamiento dependerá del compromiso que adquiera el paciente en el mismo. La realización y repetición de los ejercicios por parte del paciente y la continua evaluación de los mismos por parte del/a terapeuta serán clave para su solución. Hemos desarrollado técnicas mediante las cuales, después de un breve diagnóstico, el paciente puede completar su tratamiento en casa sin tener que volver a la consulta del profesional.
Hemos desarrollado técnicas mediante las cuales, después de un breve diagnóstico, el paciente puede completar su tratamiento en casa sin tener que volver a la consulta del profesional
Si el paciente tiene pareja estable, ¿cómo puede ayudarle su pareja a superar el problema?
Un punto de partida importante, si no imprescindible, es que la/el compañera/o conozca perfectamente el origen del problema y modo de reaccionar a todo reflejo o acto nervioso involuntario. De este modo comprenderá mejor la situación en que se encuentra su compañero y no atribuirá el problema a causas que podrían afectar a la relación entre ambos. Durante el tratamiento es muy positiva la participación del/la compañero/a para la realización de ciertas prácticas y mantener el ritmo del tratamiento sin acelerar los respectivos pasos.
¿Se ha encontrado con algún caso de un paciente que acude a su consulta porque “cree” sufrir eyaculación precoz sin ser cierto, porque no controla durante tanto tiempo como desea?
Ciertamente viene algún paciente que, a pesar de tener bastante control de la eyaculación, desea controlarla durante más tiempo. No debemos desatender su petición, pues es él quien vive esa carencia y merece nuestra atención.
En ocasiones la persona que sufre este problema no quiere acudir al especialista, bien por pudor, bien porque piensa que no le van a solucionar nada... ¿Reciben consultas de las parejas de los afectados en lugar de los propios afectados?
No es muy frecuente, pero se dan casos en los que la/el compañera/o acude a consulta para informarse del problema y su solución. Más frecuentes son los casos en los que acude el hombre después de que su compañera haya decidido romper la relación o haya solicitado un tiempo de reflexión, viviendo separados hasta que él solucione el problema.
¿Se consigue solucionar el problema de la eyaculación precoz en todos los pacientes? ¿Cuánto tiempo de tratamiento tiene que pasar para que se empiecen a obtener resultados?
Todo eyaculador precoz puede solucionar el problema si sigue con rigor el tratamiento que le indicamos. Más difícil resulta determinar el tiempo que precisará para notar los primeros avances, ya que depende de factores muy diferentes e impredecibles del interesado y de su pareja.
La dificultad o imposibilidad de eyacular se considera otra disfunción sexual, y las personas que lo padecen sufren tanto como las que tienen eyaculación precoz
Puede que no exista un término para definir lo contrario a la eyaculación precoz, pero algunos hombres tardan mucho en eyacular, sobre todo cuando mantienen relaciones con alguien que no es su pareja habitual, o al principio de una nueva relación. ¿Se puede considerar esto también un tipo de disfunción sexual?
La dificultad o imposibilidad de eyacular se considera otra disfunción sexual y, aunque pueda parecer extraño, las personas que lo padecen sufren tanto como las que tienen eyaculación precoz. En las parejas que desean tener hijos la imposibilidad de eyacular puede ser un obstáculo a la continuación de la relación.
¿Se puede prevenir la eyaculación precoz?
En principio, la eyaculación precoz se puede prevenir porque, como hemos indicado más arriba, no es una enfermedad congénita ni orgánica, sino que depende de otros factores psicológicos y, en gran medida, culturales. La sociedad en la que vivimos exige aún al hombre unas pautas sexuales en la relación que no le permiten fracasar ante la pareja. Si bien la sexualidad en la actualidad se percibe de forma mucho más abierta, los roles de género siguen jugando un papel muy importante en el actuar tanto de hombres como de mujeres. No es sólo una cuestión personal, la cultura en que vivimos le ha fijado al hombre, desde el mismo momento de su nacimiento, cuál ha de ser su modo de actuar.
En la práctica, una educación no sexista del hombre, y sin hacerle responsable de la sexualidad de la mujer, le liberaría de esa obligación asumida. Si el niño se acostumbrara a la convivencia entre sexos y pudiera desarrollar su sexualidad en un ambiente de igualdad con la mujer, desaparecerían al menos algunos de los problemas sexuales que más le preocupan.
Seguramente las disfunciones sexuales se reducirían, o podríamos prevenirlas, si existiera una verdadera educación sexual formal, que se impartiera en las escuelas como parte del curriculum educativo
Seguramente las disfunciones sexuales se reducirían, o podríamos prevenirlas, si existiera una verdadera educación sexual formal. Es decir, que se impartiera en las escuelas como parte del curriculum educativo. Por supuesto esta formación debería ir dirigida no sólo a la función reproductora de la sexualidad como hasta ahora, sino especialmente a la sexualidad como actividad humana necesaria y, por supuesto, sin olvidar la importancia del placer en la salud mental.