Fiebre de Lassa
La fiebre de Lassa es una enfermedad viral hemorrágica endémica del África Occidental. Aunque su tasa de mortalidad es menor que la del ébola, su efecto en las mujeres embarazadas y los fetos es devastador.

Tratamiento y prevención de la fiebre de Lassa

Un médico administra una inyección a una paciente

La ribavirina, el único antiviral que ha demostrado cierta eficacia en el tratamiento de la fiebre de Lassa, se debe administrar por vía intravenosa.

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

La ribavirina es el único antiviral que ha demostrado cierta eficacia en el tratamiento de los pacientes con fiebre de Lassa. Si se administra en los primeros seis días desde el inicio de los síntomas, puede bajar la tasa de mortalidad hasta el 5% entre los pacientes hospitalizados. Incluso en los pacientes que inician el tratamiento de forma más tardía parece que puede bajar esta tasa. Este fármaco se debe administrar por vía intravenosa al menos en los casos graves, aunque parece que por vía oral también podría ser útil en los casos más leves.

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Hay otros fármacos que se están investigando para su uso en la fiebre de Lassa, como la teterina, el zidampidino, o el estampidino (son fármacos que se habían investigado inicialmente para su uso contra el VIH). El favipiravir parece que también sería eficaz, sobre todo en administración conjunta con ribavirina (este fármaco se ha hecho famoso recientemente por su potencial utilidad contra el ébola). Por otro lado, aunque se está investigando una posible vacuna, de momento no ha habido éxito en este campo. La enfermedad en sí produce inmunidad, aunque no se sabe durante cuánto tiempo.

Además del tratamiento antiviral con ribavirina, el tratamiento de soporte es fundamental, con sueroterapia, analgesia, antibióticos si hubiera sobreinfecciones bacterianas, transfusiones en caso de anemia o trombopenia severas con sangrados importantes, o soporte incluso en una Unidad de Cuidados Intensivos si fuera necesario. El problema es que en los países endémicos de virus Lassa habitualmente los recursos sanitarios son escasos. En las mujeres embarazadas en situación grave el pronóstico mejora con la evacuación uterina.

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Prevención de la fiebre de Lassa

Las medidas de prevención más importantes para evitar la fiebre de Lassa consisten en controlar los roedores en las áreas cercanas a las viviendas, para intentar reducir al mínimo el contacto con las excreciones de éstos. Para ello, son muy importantes las medidas generales de mejora de la situación sanitaria y de vivienda global de las zonas endémicas, que son pobres y con falta de infraestructuras adecuadas.

Por otro lado, una vez que se detecta un caso de fiebre de Lassa, se debe controlar la transmisión del virus aislando al paciente para evitar la transmisión entre personas, utilizando mascarillas, batas y guantes desechables, y realizando un manejo y desecho cuidadoso de los vómitos, las heces, y otros restos orgánicos de los infectados. Si fuera posible, el paciente debería estar en una habitación individual y con presión negativa. Además, se debe realizar un manejo y desechado cuidadoso de todos los residuos sanitarios, con doble bolsa sellada, y lavado con lejía diluida.  

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