Hidatidosis
La hidatidosis es una enfermedad parasitaria producida por un gusano, en ocasiones llamada la tenia del perro, y que se manifiesta con quistes en diversos órganos. Descubre sus peligros y cómo se aborda su contagio.

Diagnóstico de la hidatidosis

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 29 de julio de 2022

El diagnóstico de la hidatidosis necesita de la combinación de datos de pruebas de imagen y serológicos. Los síntomas en general no son concretos de la hidatidosis o tenia del perro, salvo quizá en los casos en los que se tose y se expulsa el líquido hidatídico llamado “agua de roca” (por su aspecto cristalino y transparente) con “pellejos de uva” —que son las membranas de las vesículas hijas—, aunque esto no es muy frecuente. La exposición a perros infectados se suele remontar décadas atrás por lo que el historial de exposición al gusano es imposible de concretar.

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En la analítica de sangre lo más habitual es que no haya ninguna alteración. Es posible la disminución de la cifra de plaquetas o glóbulos blancos. Otras veces se encuentra eosinofilia: los eosinófilos son un tipo de glóbulos blancos que aumentan cuando hay procesos alérgicos o parasitarios. En el caso de los quistes hepáticos se pueden detectar alteraciones inespecíficas como aumento de la fosfatasa alcalina o la gamma-GT.

En ocasiones se puede apreciar un quiste calcificado en una radiografía de abdomen.

La ecografía abdominal permite el diagnóstico de los quistes hidatídicos hepáticos: el radiólogo observará una imagen redondeada de paredes lisas que se podría confundir con un quiste hepático simple, aunque a menudo dentro del quiste se aprecian tabiques y barro hidatídico que se moviliza cuando el paciente cambia de posición. También se pueden observar quistes complejos o multiloculados.

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La tomografía computerizada (escáner) es la mejor técnica para ver exactamente el número de quistes, así como su tamaño y localización. Asimismo permite diagnosticar complicaciones de la equinococosis como infección bacteriana del quiste o su rotura. Es la prueba de elección para diagnosticar quistes hidatídicos en otros órganos como los pulmones.

En algunas ocasiones se utiliza la resonancia magnética si se necesita concretar algún dato concreto sobre las características de un quiste y sus relaciones con el tejido circundante. No se suelen pinchar los quistes porque en general no es necesario para el diagnóstico; además, la punción podría provocar una reacción anafiláctica o la diseminación de la infección.

Aunque la prueba de imagen pudiera ser suficiente para el diagnóstico, se recomienda realizar una confirmación analítica por serología (detección de anticuerpos) para el diagnóstico de hidatidosis. Entre el 85 y el 95% de los quistes hepáticos presentan una serología positiva, pero este porcentaje baja al 55-65% en el caso de los quistes pulmonares.

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