Dr. Francisco Arnalich

Jefe de servicio de medicina interna del Hospital La Paz de Madrid, experto en hipertensión
La tensión alta mal controlada puede causar graves complicaciones. El Dr. Arnalich, jefe de servicio de medicina interna del Hospital La Paz de Madrid, explica los principales avances en su tratamiento.
Dr. Francisco Arnalich, experto en hipertensión
"La mortalidad cardiovascular se multiplica por más de cinco en el paciente hipertenso"

4 de septiembre de 2014

La hipertensión es un trastorno muy prevalente –solo en España se estima que afecta a más del 40% de los adultos, y su incidencia aumenta significativamente en los mayores de 65 años–, cuya causa concreta se desconoce, aunque los expertos la asocian a unos hábitos de vida poco saludables –dieta inadecuada con exceso de sal, sedentarismo, estrés…–, y que constituye el principal factor de riesgo cardiovascular. Además de lesiones vasculares, la tensión arterial alta mal controlada puede causar otros daños al organismo, y afectar al riñón o a la retina, e incluso provocar un ictus. Para evitar estas y otras complicaciones, explica el Dr. Francisco Arnalich, jefe de servicio de medicina interna del Hospital La Paz de Madrid, es necesario diagnosticar cuanto antes el problema, y seguir las indicaciones del médico, en cuanto a dieta y medicación. El Dr. Arnalich habla también de los grandes avances que se han conseguido en el tratamiento y en la detección precoz de las posibles complicaciones.

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¿Cuáles son los principales factores de riesgo para desarrollar hipertensión?

Antecedentes familiares, y también exceso de sal en la dieta, vida sedentaria, tabaco, estrés…, son múltiples factores ambientales junto a un fondo genético, familiar, pero la influencia genética es débil, es multifactorial, así que influyen más los factores adquiridos que los genéticos.

La hipertensión es un reflejo de la vida conflictiva, y a veces descuidada, que llevamos. En una persona mayor esto se va acumulando y al final cristaliza, o se descubre una hipertensión arterial que probablemente ya llevaba años de forma silente

Según datos de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), más del 40% de la población española adulta presenta hipertensión. A partir de los 65 años, además, la incidencia de la hipertensión aumenta significativamente. ¿Se puede hacer algo para evitarlo o retrasarlo?

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Sí, la higiene de los hábitos de vida influye muchísimo, porque precisamente el ritmo de vida actual hace que el ejercicio físico sea menor, la comida sea excesivamente calórica y con mayor contenido de sal, hay mucho estrés, no solamente físico sino también psicológico… Y todos esos son factores que favorecen la aparición de hipertensión arterial, porque la hipertensión arterial depende de la hiperreactividad vascular, y esa reactividad de los vasos arteriales se ve muy influenciada por el ambiente y el estrés, con la situación a veces de sobrecarga emocional, física y psíquica. Todos estos factores hacen que la hipertensión sea un reflejo de la vida conflictiva, y a veces descuidada y no demasiado higiénica, que todos llevamos. En una persona mayor se va acumulando todo esto, y al final cristaliza o se descubre una hipertensión arterial, que probablemente ya llevaba unos cuantos años, o décadas, de forma silente.

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La hipertensión no provoca síntomas, ¿es necesario entonces tomarse la tensión con regularidad para comprobar que es correcta? ¿A partir de qué edad o en qué circunstancias se deberían comprobar los niveles de tensión?

Sí, es conveniente someterse a revisiones periódicas, como las que se suelen realizar en las empresas, por ejemplo. También en los centros de atención primaria los médicos de familia están muy concienciados en la toma de presión arterial a la población, sobre todo en algunas situaciones, a partir de los 40 o 45 años, cuando el médico de familia entienda que una persona que ha ido a la consulta tiene estrés, o se ve sometida a situaciones que pueden facilitar la aparición de hipertensión. Es un tema difícil, se podría hacer la detección mediante una toma lo más frecuente posible, pero ese acceso no es factible, hay que distribuir los recursos, y hay que seleccionar poblaciones de mayor riesgo, como las personas mayores, los diabéticos, los pacientes con alguna enfermedad, a los que hay que vigilar más para que no se complique la enfermedad que tienen con hipertensión arterial. Ahora hay aparatos, que están estandarizados y son muy fiables, que permiten tomarse la presión en casa. Además, es mucho más fiable la medida de presión en casa que en el centro de salud. Se puede comprar un aparato, o también se puede ceder –hay centros de salud que tienen programas en los que se les facilita a los pacientes un aparato para que se tomen la tensión en casa, y a los dos días lo devuelven–, y esa medida de la tensión arterial es mucho más fiable porque se toma por ejemplo por la mañana y por la noche, de una manera sistemática, en unas condiciones cómodas, y sin ningún conflicto ni cansancio por parte del paciente, mientras que cuando una persona va al ambulatorio ha tenido que caminar una distancia, tiene que esperar, a veces hay demora en la espera y está preocupado porque puede llegar tarde al trabajo…, y todo eso hace que esa presión arterial no sea real. Antes era necesario ir al centro de salud pero ahora, o bien se toma en casa con el aparato que he comentado o, en casos en los que haya más sospecha, se hace la monitorización de la presión arterial durante 24 horas con un dispositivo mecánico portátil que se cuelga en la cintura del paciente y hace una medida automática de la presión arterial, cada 15 o 20 minutos, las 24 horas del día. Luego se hace un registro, y esa es la forma más precisa, aunque eso no es necesario en todos los casos. La medida domiciliaria de la presión arterial es una técnica fácil, segura y fiable, y ahora con los aparatos automáticos ni siquiera hay que tener cuidado, solo es necesario tomar la precaución de extender el codo adecuadamente. Se hace una medida cuidadosa y es muy fiable. Y entonces va uno al médico de familia y le da la media de dos días de la presión arterial, y ya el médico sabe muy bien lo que tiene que hacer.

La medida domiciliaria de la presión arterial es una técnica fácil, segura y fiable

Hay muchos medicamentos disponibles para el control de la hipertensión, ¿qué se tiene en cuenta a la hora de recomendar a un paciente unos u otros?

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Depende de si el paciente tiene alguna enfermedad; hay fármacos hipotensores que por ejemplo para un paciente con una angina de pecho o con un infarto de miocardio, son primera opción. Si hay una enfermedad de fondo los medicamentos tienen que estar dirigidos no solo a controlar la tensión, sino a facilitar la mejoría de la enfermedad fundamental; si es una insuficiencia renal, o una nefropatía, o una diabetes, o un infarto de miocardio, entonces los fármacos están seleccionados atendiendo a esa doble función, la hipertensión y la enfermedad de fondo. Cuando el paciente solo tiene hipertensión arterial, que es lo que se llama hipertensión esencial, hay una gran gama de medicamentos. Hay personas a las que se trata simplemente con un diurético, porque se sabe que no tienen un buen control de la dieta, y un diurético puede facilitarles la bajada de la presión arterial. Actualmente se sabe que hay cuatro bloques de medicamentos que son equivalentes, y las nuevas guías de práctica clínica americanas, de la asociación americana y de la asociación europea de hipertensión y de cardiología, no establecen prioridad en cuanto a que un fármaco sea mejor que otro. Se trata de dar la dosis que controle la presión arterial, pero da igual escoger un vasodilatador, que un antagonista de calcio, que un inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina, o un betabloqueante. En todos esos fármacos ya están muy estudiadas la seguridad y la potencia, y a dosis adecuadas y progresivas –porque no se puede iniciar el tratamiento con una dosis fuerte, sino con dosis suaves y progresivas–, se puede controlar la presión arterial. Y también es un hecho que muchas personas necesitan la asociación, la combinación de dos fármacos, porque con uno solo no se controla. No es que haya que probar la seguridad y eficacia de estos medicamentos, porque eso ya está comprobado, pero sí hay que probar su efectividad en cada paciente concreto, porque los efectos secundarios son variables de una persona a otra, y eso es impredecible; es lo único que tiene que hacer el médico.

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Una vez que se comienza el tratamiento farmacológico, ¿se debe mantener para siempre?

Probablemente sí, porque la hipertensión no se cura. Aunque eso pasa en muchas enfermedades, el asma bronquial, la diabetes, la gota…, hay muchas enfermedades que son así, que no se curan; pueden experimentar mejoría durante un periodo de tiempo, y si una persona sigue una dieta más equilibrada y con menos sal, y lleva una vida más activa, a lo mejor puede reducir la dosis de medicación que toma, pero nunca hasta el punto de interrumpirla por completo, porque entonces le volvería a subir la tensión arterial.

La hipertensión no se cura; si una persona sigue una dieta con menos sal, y lleva una vida más activa, a lo mejor puede reducir la dosis de medicación, pero nunca interrumpirla por completo, porque volvería a subirle la tensión arterial

¿Y es necesario suprimir la sal?

No, reducirla, o bien introducir un diurético. A las personas que no cumplen la dieta, para facilitarles que coman –porque, si no, dicen que no pueden comer porque los alimentos les resultan insípidos–, se les da un diurético, que hace que se elimine sal por la orina, y así la sal que uno ingiere en exceso se elimina por el riñón a través del diurético.

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El café tiene fama de subir la tensión, pero también he leído que los hipertensos lo pueden tomar con moderación, ¿es así?

Sí, el café produce una estimulación simpática general, pero a dosis altas. Y puede descompensar un poco la tensión arterial en un paciente hipertenso, pero el consumo saludable, digamos de un par de cafés al día, es tolerable, y no hay que retirarlo al paciente hipertenso. Lo que debe saber es que no puede abusar. Hay personas que se sienten bien tomando cuatro cafés al día y, si no tienen nada, lo pueden hacer; el hipertenso tiene que tener un poco más control de eso, pero yo diría que hasta dos cafés al día normalmente sientan bien.

Complicaciones de la hipertensión y avances en su tratamiento

¿Y qué problemas de salud puede ocasionar tener la tensión alta no controlada?

Muchas. Empezando por lesiones vasculares. Acelera la aparición de aterosclerosis en los vasos, produce hipertrofia del ventrículo izquierdo del corazón, puede facilitar la aparición de angina de pecho, de infarto de miocardio, y de muerte súbita; es decir, la mortalidad cardiovascular se multiplica por más de cinco veces en el paciente hipertenso. El segundo grupo serían las complicaciones vasculares, no cardiacas, sino vasculares, es decir, la aterosclerosis de la aorta, las placas de ateroma en otros territorios que no son las coronarias, que no es el corazón; por ejemplo, en el riñón, en la aorta abdominal. La tercera gran complicación es que el riñón también se daña con la hipertensión y aparecen unas lesiones renales que pueden llevar incluso a insuficiencia renal crónica y a la necesidad de trasplante renal, a que un riñón deje de funcionar; hay muchos enfermos que están en diálisis en espera de trasplante que han empezado siendo enfermos hipertensos. También se dañan otras zonas, por ejemplo, se puede dañar la retina, puede haber hemorragias en la retina, y alteraciones visuales, y también pueden aparecer úlceras en la piel como consecuencia de mala circulación sanguínea. Pero las más importantes son las complicaciones cardiacas, las complicaciones vasculares, y las complicaciones renales. Y también las complicaciones cerebrales, porque una de las principales complicaciones de un hipertenso mal controlado es la hemorragia cerebral, un ictus, completos o parciales; de manera que la lesión del sistema nervioso, junto a la del corazón, son las más importantes.

La tensión alta no controlada acelera la aparición de aterosclerosis en los vasos, produce hipertrofia del ventrículo izquierdo del corazón, y puede facilitar la aparición de angina de pecho, infarto de miocardio y muerte súbita, entre otras complicaciones

Lo grave de esto es que hay muchas personas que son hipertensas y no lo saben…

Claro, eso es una labor de cribado poblacional que tiene que hacer el médico de familia, y las sociedades científicas; para eso está el día mundial de la hipertensión arterial. Los centros de salud son centros de promoción y de estímulo de la salud y, por lo tanto, tienen que hacer cribado de este tipo de enfermedades. También está la educación sanitaria a la población, y es que muchas veces la enfermera o el médico de familia cuando un paciente hipertenso acude a consulta le pregunta si su mujer, o su marido, se controlan también la tensión, y mediante una conversación indirecta se puede hacer también un reclutamiento de personas, así que es un tema en primer lugar de educación sanitaria, y luego de cribado a nivel de los centros de salud.

He leído que las dificultades para dormir, el insomnio, también puede influir sobre la tensión arterial…

Sí, claro, eso sería una forma de estrés, si uno no tiene el descanso sensorial y físico adecuado, al día siguiente estás más vulnerable, no solo con respecto al carácter o cambios en la concentración mental, sino que físicamente también te encuentras peor. El insomnio, la falta de descanso, es una forma de estrés físico, emocional y psicológico, que también desencadenan hipertensión arterial.

¿Cuáles son los principales avances que destacaría en el diagnóstico, prevención y tratamiento de la hipertensión?

Hay muchos, y continuamente. Cada año hay congresos nacionales, internacionales, y varias revistas internacionales (en España también hay una que se llama Hipertensión), y cientos de trabajos a nivel internacional, que están dedicados únicamente a este trastorno. Se producen avances continuamente, en la implementación de los tratamientos, en los marcadores de diagnóstico precoz, en el posible daño, por ejemplo, la presencia de proteínas en la orina (microalbuminuria), que es un detector precoz de daño glomerular, renal, en la medida de las arterias a través de la ecografía (el espesor de la pared arterial). En una persona hipertensa, cuando empieza a sufrir la pared del vaso, ésta se hace más gruesa, y eso se puede medir ecográficamente, tanto a nivel de la carótida, como a nivel de la aorta, o a nivel de las arterias iliacas; esos estudios vasculares ya se hacen rutinariamente, y junto a un ecocardiograma y la determinación de microalbuminuria, son tres parámetros cuyo uso está muy extendido para detectar precozmente las complicaciones del hipertenso y poder prevenirlas. Y continuamente salen nuevos medicamentos, que son de las mismas familias de los que ya hay disponibles: de los inhibidores de la enzima conversora de angiotensina, fármacos antagonistas de los receptores de angiotensina 2; son nuevos productos que en la misma cápsula tienen combinados dos o tres medicamentos.

Los estudios vasculares, junto a un ecocardiograma y la determinación de microalbuminuria, son tres parámetros cuyo uso está muy extendido para detectar precozmente las complicaciones del hipertenso y poder prevenirlas

Como en la hipertensión no hay una causa concreta, no hay curación, como en el caso, por ejemplo, de un cáncer, que sí tiene un tratamiento que en un porcentaje de casos se curan, pero la hipertensión no se cura, y si uno interrumpe la medicación, reaparece; es un tratamiento sintomático, que lo que sí hace es evitar las consecuencias dañinas de la hipertensión mal controlada, a medio y largo plazo, sobre el resto del cuerpo. Es decir, que el tratamiento es para evitar las complicaciones que aparecen en el hipertenso que no se trata.

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