Hipotensión arterial
La hipotensión arterial es la caída de la presión arterial por debajo de los límites de 80-60 mmHg. Puede suponer un riesgo para la vida del afectado por lo que conviene conocer sus causas y cómo controlarla.

Síntomas de la hipotensión arterial

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 28 de junio de 2022

El síntoma dehipotensión arterial que con más frecuencia aparece en una situación de este tipo es el desmayo. El cerebro se encuentra más arriba que el corazón cuando estamos de pie, y por eso se necesita que la presión arterial sea lo suficientemente elevada como para mantener el flujo de sangre.

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En situaciones de hipotensión arterial el cerebro carece de su suministro de sangre durante un tiempo y la persona que lo sufre siente que se le nubla la vista, y se desvanece su fuerza muscular hasta que pierden el conocimiento completamente. Suele ocurrir deprisa y es frecuente que se golpeen contra el suelo o los muebles de alrededor al caer. La persona que los sufre puede perder el control de los esfínteres (orinarse), incluso convulsionar levemente. La recuperación después del desmayo es muy rápida, sólo se necesitan unos segundos para volver a la normalidad.

Cuando la hipotensión arterial es crónica, el desmayo es también frecuente, pero menos característico, ya que el cuerpo está acostumbrado a vivir con cifras más bajas de lo habitual. En este caso, los síntomas son mucho más difusos y pueden pasar desapercibidos en un primer momento, algunos de ellos son:

  • Confusión, dificultad para concentrarse, somnolencia, etcétera.
  • Debilidad muscular y cansancio al hacer pocos esfuerzos.
  • Palidez de la piel, labios y conjuntiva, por disminución del riego sanguíneo.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolor en el pecho que puede recordar a un infarto y palpitaciones.
  • Dificultad para respirar, sensación de que “falta aire”.
  • Dolor de cabeza, leve pero continuo a lo largo del día.
  • Inestabilidad al caminar, vértigos, pitidos en los oídos, etcétera.
  • Dolor en el cuello y rigidez del mismo.
  • Alteraciones del sueño con dificultad para descansar por la noche.

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