Se estima que la incontinencia urinaria –pérdida involuntaria de orina– afecta a un 30% de las mujeres adultas. Fortalecer los músculos del suelo pélvico es la mejor forma de contrarrestar las contracciones involuntarias de la vejiga.
Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria
Actualizado: 28 de junio de 2022
Las causas más frecuentes de la incontinencia urinaria son las siguientes:
Uretra con mayor movilidad. En este caso, el individuo afectado presenta cierta debilidad de los elementos anatómicos que se encargan de sostener la uretra en su localización correcta, presentando una movilidad –generalmente un descenso– de la uretra a planos inferiores, por ejemplo, ante un esfuerzo. Este mecanismo será el responsable en los casos de incontinencia de esfuerzo.
Lesiones del esfínter uretral. Lo que se produce con un cierre incompleto o defectuoso es una pérdida de orina porque el elemento que impide su salida voluntariamente no funciona correctamente.
Lesiones neurológicas. En circunstancias concretas de determinados trastornos neurológicos centrales como ictus, enfermedades neurodegenerativas, demencias, etcétera, puede existir una desconexión entre las órdenes cerebrales y las respuestas periféricas a nivel urológico.
Inflamaciones locales. Algunas infecciones, inflamaciones no infecciosas como cistitis secundarias a tratamientos con radioterapia, infecciones por esquistosoma, tumores… se produce una alteración de los mecanismos de cierre de la uretra y de su esfínter, dando lugar a la pérdida involuntaria de orina típica de la incontinencia urinaria.
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Tipos de incontinencia urinaria
Existen varios tipos de incontinencia urinaria, que se producen por distintos mecanismos:
Aumento en la actividad de los músculos relacionados con la apertura de la vejiga
Incontinencia urinaria de urgencia: puede deberse a una infección. Es la inflamación del epitelio interno de la vejiga la que ocasiona la hiperactividad muscular. También puede ser provocada por un estímulo psicosomático, por estímulos sociales y ambientales. Este tipo suele resultar indoloro.
Incontinencia psicógena: es poco frecuente. Se produce por un esfuerzo inconsciente.
Disinergia del detrusor (micción imperiosa o por rebosamiento): esta es la segunda causa en el orden de frecuencia de la incontinencia urinaria. Se produce por inestabilidad del músculo detrusor de la vejiga. En ocasiones se relaciona con el esfuerzo, aunque también puede aparecer sin causa evidente. Entre la realización del esfuerzo y la pérdida de orina hay un pequeño intervalo de tiempo; el paciente es capaz de llegar a un lavabo cercano, y gracias a ello los episodios de depresión son menores que en otros tipos de incontinencia. Durante la noche, la micción obliga al paciente a levantarse unas tres o cuatro veces.
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Por disminución de la presión intrauretral originada por un fallo del esfínter
Esta es la forma más frecuente. Se denomina incontinencia de esfuerzo o de estrés, y consiste en la pérdida de orina involuntaria que se produce al practicar esfuerzos (tos, risa...). Se puede corregir mediante cirugía. En este caso la pérdida de orina es pequeña e inmediata al esfuerzo. La micción es prácticamente nula durante la noche. El paciente puede aislarse y deprimirse progresivamente a causa de este problema.
Anomalías congénitas del tracto genital
Como son las fístulas vesicovaginales, el acortamiento de la uretra, etcétera. Este tipo suele ser más común en niños. El tratamiento es siempre quirúrgico para restablecer la anatomía normal de la vía urinaria.