Diagnóstico de la incontinencia urinaria
Por: María Dolores Tuñón
Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Lo más importante para diagnosticar la incontinencia urinaria es realizar una historia clínica completa.
La exploración física debe prestar especial atención a la sensibilidad anal y perianal, para lo cual debe llevarse a cabo un tacto rectal. Una prueba sencilla, pero de gran interés clínico, consiste en hacer toser enérgicamente al paciente cuando este tiene llena la vejiga. Esta prueba debe hacerse en varias posiciones: de pie, tumbado boca arriba y tumbado lateralmente. En todos los tipos de incontinencia hay escape de orina, pero en el caso de la micción imperiosa es mucho más intensa cuando el paciente se encuentra de pie.
Se recomienda un análisis de orina y un estudio urológico o ginecológico a todo paciente con incontinencia urinaria. En la mayoría de los casos debe realizarse una ecografía, una prueba muy sencilla y poco invasiva, que proporciona mucha información sobre el estado de la vía urinaria y las posibles malformaciones de la misma.
La visión endoscópica de la uretra y la vejiga (citoscopia y uretroscopia) descartará la asociación de la incontinencia urinaria a otras lesiones.
La uretrocistografía es una prueba que también suele realizarse de manera rutinaria. Consiste en administrar contraste y realizar varias radiografías (el contraste se ve de color blanco intenso en ellas).
Por último, la pielografía intravenosa es una prueba sencilla que permite ver los riñones y la vía urinaria para detectar posibles lesiones como fístulas, malformaciones o tumores, que podrían ser los responsables de la incontinencia urinaria.
La realización de tantas pruebas es necesaria para establecer el carácter exacto de la incontinencia que presenta el paciente, ya que cada tipo es susceptible de un tratamiento diferente.
Creado: 3 de diciembre de 2010