Causas de la insuficiencia mitral
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 29 de julio de 2022
Durante muchos años la fiebre reumática ha sido la principal causa de la insuficiencia mitral. Esto era una afectación secundaria de la válvula mitral como consecuencia de una infección bacteriana producida principalmente por estreptococos.
En el mundo occidental este proceso es raro en personas menores de 40-45 años, por el mejor y más extendido uso de antibióticos para los procesos faríngeos durante la etapa infantil y adolescente.
En la actualidad, el prolapso de la válvula mitral y la cardiopatía isquémica son los principales factores que desencadenan una insuficiencia mitral. Las cuerdas tendinosas forman parte del aparato valvular mitral, encontrándose con una mayor longitud en algunos procesos como la degeneración mixomatosa, es decir, una mayor laxitud de dichas cuerdas que originan un cierre deficiente de la válvula por una pérdida de tensión. Este proceso se denomina prolapso de la válvula mitral y actualmente representa más del 40% de las causas de insuficiencia mitral.
En el caso de la cardiopatía isquémica, cuando el aporte sanguíneo a los músculos que tensionan las cuerdas tendinosas es interrumpido o deficitario, como puede ocurrir en un infarto, se puede producir la rotura de estos y provocar una insuficiencia mitral aguda. Es importante recalcar que el proceso agudo en este caso provocará unos síntomas más abruptos y de peor pronóstico. Este mecanismo representa aproximadamente la décima parte de los casos.
Otras causas de insuficiencia mitral son las endocarditis (infección de las válvulas como consecuencia de una infección de la sangre o bacteriemia procedente de otro foco), que representa en torno a un 3% de los casos; la miocardiopatía hipertrófica, la dilatación del ventrículo izquierdo como consecuencia de la hipertrofia por hipertensión arterial, y más raramente, roturas idiopáticas de los músculos papilares, algunas cardiopatías congénitas y enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus).
La consecuencia de todos estos procesos es un retorno de la sangre desde el ventrículo a la aurícula, sobrecargando a esta con un volumen de sangre que no le correspondería, y secundariamente y de manera retrograda se transmite a la circulación pulmonar aumentando la presión de ésta y generando congestión pulmonar.
Creado: 15 de julio de 2016