Tratamiento y prevención de la intolerancia a la histamina
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Como el tratamiento de elección para la intolerancia a la histamina se ha propuesto que las personas que la sufren sigan una dieta baja en histamina. Tras ello, en general, el paciente debería mejorar en unos días de sus síntomas. Posteriormente se sugiere proceder a la reintroducción de los alimentos retirados al cabo de un mes de respuesta adecuada con ausencia de síntomas. Se recomienda que los alimentos reintroducidos sean frescos y no procesados.
Por otro lado, se fabrica y comercializa la enzima DAO (diamina oxidasa) como suplemento nutricional, por lo que tomarla por vía oral cuando se come cualquier alimento considerado rico en histamina es otra opción de tratamiento. También se ha propuesto probar con antihistamínicos. Además, los suplementos de vitaminas B6 y C junto a cobre pueden ayudar a recuperar la función de la DAO.
En las personas que sufren esta intolerancia también sería importante evitar los fármacos que pueden disminuir la actividad de la DAO (algunos antiinflamatorios y analgésicos, ciertos antibióticos, contrastes yodados…, la lista es extensa e incluye, paradójicamente, algunos antihistamínicos), por supuesto consultando siempre primero con tu médico o especialista para buscar una alternativa a tu tratamiento habitual.
Dieta baja en histamina: ventajas e inconvenientes
El problema principal en seguir una dieta baja en histamina es que hay diversas listas del tipo de alimentos a evitar. Aunque hay cierta unanimidad con algunas de las comidas problemáticas, como ciertos pescados, los quesos y los embutidos, o los alimentos fermentados en general, hay otros más controvertidos. Así, hay alimentos que en una lista aparecen como “bajos en histamina”, y en otros como “altos en histamina”. Por otro lado, es imposible saber la cantidad de histamina que contiene un alimento procesado o una comida de restaurante.
Como se ha comentado, la intolerancia a la histamina suele tener una causa, a menudo relacionada con problemas intestinales como el SIBO, una enfermedad celíaca no diagnosticada o una disbiosis, por mencionar solo algunos ejemplos. La disbiosis –un desequilibrio no saludable de la microbiota– es prácticamente universal en las sociedades modernas, lo que hace fácil de entender que haya un número creciente de personas con síntomas digestivos, y de otros órganos y sistemas, sin que se descubra la causa en las pruebas complementarias habituales.
Por ejemplo, en el SIBO a menudo hay necesidad inicial de una dieta baja en FODMAP. Pero combinar una dieta baja en FODMAP con una baja en histamina puede dejar a la persona con muy pocas alternativas reales para alimentarse. Además, a menudo cuantos más alimentos se evitan, más intolerancias alimentarias se van sumando al cuadro inicial. Por todo ello, realizar un abordaje exclusivamente dietético a corto o medio plazo no suele ser suficiente. Es necesario buscar y solucionar la causa raíz de los problemas que llevan a la intolerancia a la histamina, y esto a menudo implica un cambio en el estilo de vida de forma global.
Creado: 16 de noviembre de 2018