Tratamiento de los juanetes
Por: Esther Martín
Estudiante de medicina de la Universidad de Alcalá de Henares
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
El tratamiento de un juanete puede ser de dos tipos: conservador o quirúrgico, veamos a continuación con más detalle en qué consisten cada uno de ellos:
El tratamiento conservador es la primera opción terapéutica. Se suelen administrar analgésicos y antiinflamatorios para reducir los síntomas. El dolor y la inflamación se pueden eliminar evitando el roce del zapato con el propio juanete, modificando o cambiando el calzado, de forma que tenga la parte anterior más ancha, se adapte al pie y lo sujete bien. Un paciente con pie plano asociado se tratará con una plantilla.
El acortamiento del tendón de Aquiles puede tratarse mediante ejercicios de estiramiento e, incluso, con un alargamiento quirúrgico del tendón. Es muy frecuente el uso de ortesis (dispositivos que se introducen en el calzado para corregir una forma de caminar anómala), que tratan de evitar la deformación articular.
Además de las medidas conservadoras, algunos pacientes precisan de una operación. Según la intensidad de la deformidad, los diferentes elementos patológicos y las anomalías anatómicas, hay varias técnicas quirúrgicas. La elección de una u otra depende en general de la gravedad del hallux valgus y del ángulo intermetatarsiano. La técnica escogida debe corregir todos los factores causantes del problema para que tenga éxito.
Cómo se operan los juanetes
En la actualidad se pueden distinguir dos tipos de técnicas para operar los juanetes:
La cirugía abierta, mediante osteotomías, que consiste en modificaciones quirúrgicas de partes de los huesos implicados para la corrección de la angulación patológica. Son cirugías con múltiples variedades, que han de elegirse en función de la experiencia del traumatólogo y del grado de hallux valgus, edad y características de los pacientes, y que se han ido perfeccionando en los últimos años.
Por otro lado, crecen los casos operados mediante técnicas de cirugía mínimamente invasiva, mediante la implantación de agujas para la corrección de la desviación ósea, o mediante la implantación de pequeñas placas de titanio unidas mediante unas suturas de material específico que corrigen la desviación y mantienen el ángulo lo más parecido a la normalidad.
Como es de suponer, son intervenciones menos cruentas, con una recuperación más rápida y menos tiempo de descarga, es decir, el apoyo del pie se realiza en menos tiempo. Su realización está limitada a los casos concretos en los que el traumatólogo considere indicados
Creado: 7 de noviembre de 2011