Leishmaniasis
La OMS estima que cerca de tres millones de personas padecen leishmaniasis. Conoce las consecuencias y el tratamiento de esta enfermedad infecciosa que puede afectar a la piel y las mucosas, o a la médula, el hígado y el bazo.

Diagnóstico de la leishmaniasis

Por: Dr. Nelson Caballero

Colaborador de la Asociación Fontilles y coordinador médico de la Asociación para el Desarrollo de los pueblos (ADP)

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

El diagnóstico de leishmaniasis se establece basándose en los antecedentes epidemiológicos (investigar la procedencia de la persona, tipo de trabajo que realiza, y su correlación con los aspectos clínicos de la enfermedad), las manifestaciones clínicas (examen de las lesiones) y las pruebas de laboratorio.

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Para llegar al diagnóstico definitivo es imprescindible demostrar la presencia de los amastigotes en el frotis o la biopsia de la lesión, de las mucosas, la médula ósea y el bazo, o de los promastigotes a través del cultivo del material obtenido de las lesiones en piel, mucosas, médula ósea y bazo. (los amastigotes y los promastigotes son distintas formas del ciclo vital de los organismos del género leishmania, causante de la leishmaniasis).

En más del 70% de los casos, la microscopía o histopatología pueden revelar la existencia del parásito.

Otros métodos diagnósticos que están siendo usados con mayor frecuencia son:

  • La reacción en cadena a la polimerasa (PCR): técnica molecular con alta especificidad y sensibilidad para detectar el material genético de la Leishmania.
  • Inmunofluorescencia Indirecta (IFI): técnica capaz de detectar la presencia de anticuerpos específicos contra la Leishmania, principalmente de tipo IgG, en el suero del paciente sospechoso.
  • Ensayo inmunoabsorbente ligado a enzima (ELISA): técnica que, al igual que la IFI, permite la detección de anticuerpos específicos contra el parásito en el suero del paciente sospechoso.
  • Prueba de Montenegro o Leishmania: esta es una prueba inmunológica de hipersensibilidad retardada semejante a la PPD (prueba de la tuberculina) con alta sensibilidad y especificidad; sin embargo, no permite establecer una diferencia entre infección actual o pasada. Consiste en la aplicación por vía intradérmica de 0.1 ml de un antígeno de Leishmania (leishmanina) en la cara anterior del antebrazo, debiendo efectuarse la lectura a las 48 o 72 horas en la zona de aplicación. Se considera positiva la lectura cuando el diámetro de la induración causada por la intradermorreacción es igual o mayor de 5mm.

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