Leptospirosis
La leptospirosis es una enfermedad infecciosa que se transmite de los animales al ser humano. La infección puede producir desde fiebre hasta la afección de múltiples órganos, causando incluso la muerte.

Diagnóstico de la leptospirosis

Por: Ana Moreno Cerro

Doctora de Medicina y especialista en Inmunología

Actualizado: 29 de julio de 2022

El diagnóstico de la leptospirosis se basa principalmente en la detección de leptospiras o de anticuerpos frente a las leptospiras en la sangre del paciente. Durante la primera fase, llamada leptospiremia o fase febril, se pueden detectar las leptospiras en la sangre, en el líquido cefalorraquídeo (líquido que existe en el interior del cerebro y de la médula espinal) y en la mayoría de los tejidos del cuerpo.

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Los anticuerpos frente a las leptospiras aparecen varios días después de su penetración en la sangre, aproximadamente entre 5 y 7 días después, y se pueden detectar mediante técnicas de laboratorio. La presencia de estos anticuerpos sirve para el diagnóstico de la fase inmune. A partir de este momento, el sistema inmunitario, a través de estos anticuerpos, lucha contra las leptospiras hasta que las bacterias dejan de detectarse en la sangre y empiezan a eliminarse por la orina. Este estadio se denomina fase de leptospiruria (es decir, leptospiras en la orina) y puede durar semanas o meses.

Como la concentración de leptospiras en la sangre, la orina y el líquido cefalorraquídeo puede ser baja, cuando se sospecha leptospirosis es necesario recoger varias muestras del paciente. Estas muestras pueden cultivarse en medios especiales para leptospira y, después de multiplicarse, se pueden ver mediante un tipo de microscopía denominada de campo oscuro. Pero estas técnicas son complicadas y, en ocasiones, se necesita un tiempo largo para ver el resultado. Por ello, la mayoría de los laboratorios no tratan de cultivar las leptospiras y se centran en la detección de los anticuerpos frente a leptospiras.

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La prueba de detección de anticuerpos más usada es la aglutinación microscópica o MAT (microscopic agglutination test), que consiste en mezclar el suero del paciente con leptospiras –una mezcla de diferentes serotipos de leptospiras– y posteriormente se examina en el microscopio la aglutinación (debida a la agrupación de los antígenos de la superficie de las leptospiras con los anticuerpos del paciente). Estos anticuerpos, llamados aglutinantes, se detectan en la sangre del paciente a partir de los días 5-7 de la enfermedad y se siguen detectando muchos años después.

Debido a que la MAT se realiza con microorganismos vivos, no todos los laboratorios la hacen y utilizan otras técnicas de detección de anticuerpos como ELISA o la aglutinación en portaobjetos, menos sensibles y específicas, que sirven para un primer cribado; después, los casos positivos se tienen que confirmar con la prueba MAT en un laboratorio de referencia.

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Además de las pruebas que sirven para la detección de manera indirecta (anticuerpos) o directa (microscopía) de las leptospiras, hay otras pruebas de laboratorio que sirven para conocer las alteraciones ocasionadas por la enfermedad. Dichas alteraciones sirven para realizar un diagnóstico de sospecha y la evaluación de la afección de los órganos y son, por ejemplo, la elevación de la bilirrubina conjugada en la sangre –la ictericia es causada por el depósito de ésta en la piel y en las mucosas y está relacionada con la afección del hígado–, las cifras de transaminasas están elevadas pero no suelen ser superiores a cinco veces el valor normal, puede haber muchas alteraciones bioquímicas en la orina, así como anormalidad en las cifras de leucocitos, plaquetas y glóbulos rojos.

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