Tratamiento y prevención de la leptospirosis
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
El tratamiento de la leptospirosis es la penicilina por vía intravenosa. En los casos de alergia a la penicilina se emplea otro antibiótico, la doxiciclina, también intravenosa. También es útil el tratamiento profiláctico con doxicilina en las personas que han tenido una exposición de riesgo, es decir, en las que cabe la posibilidad de que se hayan infectado con leptospiras.
La leptospirosis no suele ser mortal y el pronóstico, en general, es bueno. Los datos de mal pronóstico son la edad avanzada y la ictericia, la trombocitopenia y la insuficiencia renal. Una vez superada la enfermedad, no suele dejar, en general, ninguna lesión residual.
Entre sus posibles complicaciones, siempre que el tratamiento sea tardío o no sea el adecuado, pueden darse la conocida como reacción Jarisch-Herxheimer –cuando se administra penicilina–, meningitis o sangrado severo.
Prevención de la leptospirosis
En cuanto a la prevención de la leptospirosis, en general, la erradicación de esta enfermedad es difícil, debido a que está bastante extendida en los animales domésticos y salvajes. Pero la vacunación de las mascotas y del ganado sí reduce la incidencia de la leptospirosis en estos animales, lo que resulta en una reducción del riesgo que corren los humanos próximos a ellos.
Acciones como el control sanitario de animales importados, el drenaje de los terrenos, las medidas de protección individual en el campo, la mecanización de la siega, junto con la construcción de establos y edificios a prueba de roedores, reducen la incidencia de leptospirosis en los seres humanos.
Por otro lado, es recomendable si se vive o se viaja a zonas de riesgo, evitar en los posible las áreas de aguas estancadas, sobre todo en zonas con climas tropicales. Igualmente, los viajeros o personas con alto riesgo de infección, pueden reducir su riesgo con la toma de doxiciclina o amoxicilina, siempre bajo prescripción médica.
Creado: 26 de diciembre de 2012