Síntomas de la listeriosis
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Los síntomas de listeriosis pueden ser poco específicos, por lo que la infección en ocasiones se confunde con otras enfermedades. El periodo de incubación de la listeriosis, además, es largo, y como puede afectar a diversas partes del organismo los síntomas varían, aunque la enfermedad suele manifestarse con fiebre, fuerte dolor de cabeza, dolores musculares, y náuseas y vómitos. A continuación, describimos los síntomas, según las características del paciente y la zona del organismo afectada por listeriosis.
Listeriosis en embarazadas
La infección por listeriosis en una mujer embarazada no tiene un cuadro clínico característico ni una gravedad considerable para la gestante. Suele ocurrir en el tercer trimestre y aparece como una enfermedad leve con fiebre no muy alta, dolores articulares y musculares, y malestar general. Se confunde con frecuencia con un cuadro viral, y pocas veces se diagnostica.
La importancia de la infección por Listeria en el embarazo va ligada al riesgo de infectar al feto a través de la placenta. Cuando esto ocurre puede provocar un aborto por muerte fetal intraútero, que en el último trimestre de embarazo es una situación muy dramática para la gestante y su familia. En otros casos, la Listeria provocará otras enfermedades, que se manifestarán en el bebé después del parto.
Listerioris en neonatos
El cuadro en el recién nacido depende del momento en el que haya tenido contacto con la Listeria.
Si la infección ha sucedido cuando el bebé todavía estaba en el interior de la madre y días antes del parto, suele aparece un cuadro de sepsis.
En los casos más graves se desarrolla una granulomatosis infanto-séptica. Este cuadro se caracteriza por la formación de abscesos llenos de Listeria diseminados en las vísceras del bebé. El abdomen se hincha y puede tomar una coloración azulada; en ocasiones se palpan los órganos internos agrandados, incluso con abolladuras por los abscesos. Es una situación muy grave y muy difícil de curar.
Sepsis
La sepsis es la enfermedad que con más frecuencia provoca la Listeria monocytogenes en los pacientes inmunodeprimidos. Suele comenzar como un cuadro de fiebre alta, más o menos continuada, pero sin un origen claro y sin más síntomas. Se debe al paso de la Listeria al torrente sanguíneo. Poco a poco el paciente empeora y se alteran sus constantes vitales, pudiendo producirse un shock séptico con hipotensión, taquicardia y sudor frío, que tiene un riesgo de muerte muy alto. Muchos de los enfermos con sepsis tienen al mismo tiempo una meningitis por Listeria.
Infecciones del sistema nervioso
Es el segundo cuadro clínico más frecuente producido por la infección por Listeria. De hecho, durante los últimos años, los casos en pacientes mayores de 60 años e inmunodeprimidos han aumentado continuamente. Los brotes de infección por consumo de alimentos contaminados suelen aparecer de este modo o como una sepsis. Es también un cuadro relativamente frecuente en pacientes adolescentes sin inmunosupresión detectada.
La infección del sistema nervioso central se traduce en una meningitis que se desarrolla en pocos días. El enfermo se queja de dolor de cabeza, fiebre, y presenta rigidez de nuca (signos y síntomas clásicos del síndrome meníngeo). Sin embargo, en el tipo de enfermos que se afectan por la Listeria los síntomas pueden ser menos acusados y el diagnóstico de meningitis puede sospecharse cuando ya lleva varios días de evolución. Otros cuadros que puede provocar esta bacteria en el sistema nervioso son las meningoencefalitis y los abscesos intracraneales, aunque son menos frecuentes.
Aunque estos son los cuadros clínicos más típicos de la Listeria monocytogenes, es cierto que se pueden dar infecciones mucho más raras en casi cualquier parte del organismo (endocarditis, gastroenteritis, neumonías, etcétera).
Creado: 18 de septiembre de 2012