Diagnóstico y estadificación del mesotelioma
Por: Dr. Juan José Tafalla García
Oncólogo médico, Hospital Sanitas La Zarzuela de Madrid
Actualizado: 20 de julio de 2022
Como los síntomas de este tumor son muy inespecíficos, los hallazgos de sospecha de un mesotelioma aparecen con la radiología, tras comprobar antecedentes de exposición al asbesto. Las distintas pruebas radiológicas: TAC o RNM son útiles para el estudio de extensión o para determinar la resecabilidad (operabilidad) o no de la lesión. La PET es superior al TAC estableciendo la enfermedad a distancia, pero tiene sus limitaciones en la estadificación locorregional.
La obtención de una muestra para el diagnóstico anatomopatológico del mesotelioma puede ser mediante toracocentésis (obtención del líquido pleural) para posterior estudio citológico, pero la rentabilidad de esta prueba no es mayor del 33%.
La biopsia pleural para la obtención de un cilindro de tejido se puede hacer a ciegas (rentabilidad del 50%), o abierta mediante videotoracoscopia (VATS), o mediante toracotomía, alcanzando hasta un 95% de rentabilidad; además, informa de la extensión de la enfermedad al diafragma, pericardio, pared torácica y ganglios linfáticos. Esta biopsia comporta un riesgo de diseminación por la pared torácica hasta en un 10% de los pacientes.
Para la estadificación del mesotelioma se utiliza el sistema TNM, en su actualización de 2002.
Son muchos los factores pronósticos que influyen para la supervivencia (en estadios avanzados) como por ejemplo: el estado general del paciente, el dolor torácico, la disnea, la trombocitosis (plaquetas >400000), la pérdida de peso, LDH elevada (>500 UI/l), afectación pleural, (en comparación con pericardio o peritoneo), anemia, leucocitosis, edad mayor de 75 años, etcétera.
Creado: 17 de junio de 2013