Diagnóstico de la infección por el micoplasma genital
Actualizado: 29 de julio de 2022
Como los síntomas no son específicos de esta infección, para el diagnóstico de las infecciones por Mycoplasma genitalium es necesaria la realización de técnicas de biología molecular, porque es una bacteria que no se puede cultivar. Solo unos pocos laboratorios en el mundo tienen los medios para hacer el cultivo y tardan hasta seis meses. Además, como es una bacteria que no tiene pared celular, tampoco se puede observar al microscopio en muestras clínicas.
Habitualmente se utilizan tests de amplificación de ácidos nucleicos (TAAN). Se extrae una muestra de exudado vaginal o cervical en el caso de las mujeres, y primera orina de la mañana o secreción uretral en el caso de los hombres. Con técnicas complejas de biología molecular se detecta la presencia de material genético de la bacteria. No hay análisis serológicos adecuados disponibles para el diagnóstico de esta bacteria.
Si las técnicas de diagnóstico están disponibles en el sistema sanitario de forma rutinaria, se aconseja realizar la búsqueda de esta bacteria siempre que haya síntomas de uretritis, cervicitis o enfermedad inflamatoria pélvica. Si no se puede realizar de forma rutinaria, se podría reservar para los casos en los que los síntomas continúen tras realizar un tratamiento dirigido a combatir una uretritis o cervicitis.
Hay otros microbios que se transmiten sexualmente que pueden dar unos síntomas parecidos o iguales a los provocados por el Mycoplasma genitalium. Son patógenos como Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae (el gonococo, que produce la gonorrea), Trichomonas vaginalis, Ureaplasma urealyticum, y el virus del herpes simple con afectación genital. También hay infecciones que no son de transmisión sexual, y algunos procesos no infecciosos que asimismo pueden producir cuadros similares.
Como el micoplasma genital es una bacteria de transmisión sexual, a los pacientes siempre hay que realizarles pruebas para descartar otras enfermedades de transmisión sexual como VIH, hepatitis B y C, sífilis, gonorrea o clamidia.
Creado: 29 de octubre de 2018