Neuralgia del trigémino
El trigémino es un nervio facial que puede alterarse y provocar episodios de intenso dolor en uno o ambos lados de la cara. Aún no es posible curar la neuralgia del trigémino, pero hay tratamientos capaces de controlar el dolor.

Causas de la neuralgia del trigémino

Por: Dr. Miguel Vacas Córdoba

Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Actualizado: 10 de octubre de 2023

Los factores que desencadenan la neuralgia del trigémino pueden variar, y en la mayoría de los casos la causa de la neuralgia del trigémino es desconocida, aunque es posible que hasta el 94% de las neuralgias de este tipo sean producidas por la compresión y distorsión del nervio en la fosa posterior del cráneo por una arteria o una vena anómalas. La arteria involucrada con mayor frecuencia es la cerebelosa posteroinferior. La presión ejercida por ese contacto entre la vena o arteria con el nervio trigémino causa su mal funcionamiento, y puede dañar la vaina de mielina que recubre el nervio y causar descargas anormales de dolor, dando lugar a este tic doloroso.   

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La neuralgia del trigémino también puede ser secundaria a enfermedades como la esclerosis múltiple (aunque no es frecuente que los pacientes con esclerosis múltiple padezcan neuralgia del trigémino) o similares que dañen la vaina de la mielina que protege ciertos nervios, a lesiones ocupantes de espacio (como tumores o quistes que compriman el nervio trigémino), o a malformaciones de la fosa posterior del cráneo. E incluso, lesiones en la cabeza o el rostro, como fracturas de huesos faciales o traumatismos craneales, pueden dañar el nervio trigémino y provocar neuralgia.

En algunos casos, la inflamación de los vasos sanguíneos o de las estructuras circundantes del nervio trigémino puede desencadenar episodios de dolor facial intenso. También, problemas vasculares, como malformaciones arteriovenosas o aneurismas, pueden comprimir o dañar el nervio trigémino y desencadenar la neuralgia. Y algunas infecciones, como el virus del herpes zóster (herpes zóster) o infecciones dentales, pueden desencadenar este problema.

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En casos raros, enfermedades degenerativas del sistema nervioso central, como la enfermedad de Parkinson o la atrofia multisistémica, pueden estar asociadas con la neuralgia del trigémino.

También puede ser consecuencia del envejecimiento, por lo que se debe descartar siempre un origen secundario de la neuralgia si el trastorno aparece antes de los 40 años, si existen alteraciones neurológicas en la exploración realizada por el médico, cuando afecta a la zona inervada por la rama oftálmica, y cuando los síntomas sean bilaterales.

En la mayoría de los afectados existen las denominadas zonas gatillo, es decir, áreas de la piel o de las mucosas cuya estimulación desencadena la neuralgia. Los estímulos más habituales que lo desencadenan son hablar, comer, reírse, lavarse los dientes o la cara, maquillarse o desmaquillarse y afeitarse, entre otros.

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