Oncocercosis
La oncocercosis o ceguera de los ríos es una enfermedad causada por un gusano tropical, que produce alteraciones en la piel o los ojos. Reducir o eliminar los focos de transmisión permitirá acabar con esta lacra.

Síntomas de la oncocercosis

Síntomas de la oncocercosis

Es frecuente que las personas con oncocercosis también tengan dolores óseos y articulares, dolor de espalda y cansancio.

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La oncocercosis puede producir síntomas oculares, nódulos subcutáneos y síntomas cutáneos.

La oncocercosis ocular inicialmente se detecta por la presencia de las larvas en el ojo cuando se mira por una lámpara de hendidura. En la evolución de la enfermedad se pueden producir manifestaciones variadas, que finalmente pueden llevar a la ceguera. Se puede afectar la córnea con una especie de punteado que se llama queratitis punteada, y que es reversible. La queratitis esclerosante consiste en una afectación de la córnea más avanzada que conlleva ceguera en su máxima extensión. La uveítis (la inflamación del ojo por dentro), la atrofia o destrucción del nervio óptico, y la oncocoriorretinitis (afectación de la retina y de la parte pegada a la retina), son otros componentes de la afectación ocular que explican la ceguera que sufren estos pacientes.

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Los oncocercomas son unos nódulos subcutáneos de 0.5-3 cm de diámetro que contienen 1-2 gusanos machos y 2-3 gusanos hembras. Típicamente pueden ser bultos que están muy profundos y no se llegan a tocar, y no tienen por qué producir muchas molestias. Lo más frecuente en África es que aparezcan encima de prominencias óseas como las escápulas, o en los glúteos, encima de las crestas ilíacas. En el continente americano es más típica la aparición de nódulos en la cabeza, el cuello y los brazos.

Un síntoma muy frecuente es el picor o prurito, que inicialmente se asocia a la aparición de pequeñas pápulas o nódulos o placas engrosadas en la piel. Se puede acompañar por el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos, sobre todo los inguinales. Otras formas cutáneas son:

  • La oncodermatitis papular aguda o crónica (pequeños bultos que pican mucho).
  • El sowda u oncodermatitis liquenificada (esta presentación es más típica de Yemen o Sudán), con bultos y cambios de coloración de color oscuro.
  • La atrofia cutánea, en la que la piel adquiere el aspecto de un pergamino o papel muy fino.
  • Las ‘ingles colgantes’: son como hernias que cuelgan de las ingles, y que pueden tener ganglios linfáticos aumentados de tamaño en su interior.
  • Despigmentación o ‘piel de leopardo’: aparece de forma más típica en personas de más edad. La piel tiene un aspecto manchado, como si fuera piel de leopardo. Se suele acompañar de atrofia y decoloración. No suele picar.

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Además de los síntomas oculares y cutáneos es frecuente que las personas infectadas tengan dolores óseos y articulares, dolor de espalda y cansancio. También suelen tener más bajo peso que las personas no infectadas. En algunos estudios se ha visto una asociación con mayor riesgo de sufrir epilepsia. Y por último, pero no menos importante: la oncocercosis es causa de estigma, discapacidad, pérdida de productividad, e incluso de menor nivel educativo en la descendencia de los pacientes afectados.

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