Diagnóstico de la osteomielitis
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Es muy importante el diagnóstico oportuno de la osteomielitis aguda, porque con el tratamiento antibiótico correcto se puede evitar la necrosis del hueso y la cronificación de la infección. Es frecuente el aumento de los leucocitos en la analítica, pero no ocurre siempre. La velocidad de sedimentación globular y la concentración de proteína C reactiva en sangre están elevadas en la mayoría de los casos, tanto en la forma aguda como en la crónica.
No obstante, estos datos no son específicos de la osteomielitis, aunque sus valores iniciales son útiles para monitorizar la eficacia del tratamiento. Los cultivos de sangre pueden ser positivos hasta en la mitad de los casos de osteomielitis aguda hematógena, pero en la crónica casi siempre son negativos.
El diagnóstico definitivo se basa en la sospecha clínica que guiará a la realización de pruebas de imagen que permitan el diagnóstico de la osteomielitis. Puede aparecer una lesión ósea incluso en una radiografía simple, aunque de forma más tardía que en una gammagrafía. Actualmente, en la mayoría de los casos se recurre a la realización de tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM), o ambas. Este tipo de pruebas tienen una gran sensibilidad para detectar la infeccón y delimitar la extensión del área de hueso afectada.
Es importante obtener una muestra para su procesamiento microbiológico, realizando un cultivo del material infeccioso obtenido a través de una punción-aspiración con aguja fina (PAAF), o una biopsia abierta si es necesario. Es posible realizar recogidas de muestras también en los casos de osteomielitis vertebral con control radiológico con TC durante la punción.
Creado: 15 de septiembre de 2015