Síntomas de la peste
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Entre la picadura de la pulga o la exposición al animal infectado y el inicio de los síntomas de la peste pasan entre 3 y 7 días. Es el período de incubación. Las personas que se infectan por Yersinia pestis inicialmente suelen tener síntomas como los de una gripe. Estas primeras manifestaciones aparecen de forma repentina. El paciente comienza de forma brusca con fiebre y escalofríos, además de malestar general, sensación de debilidad, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Después de estos síntomas iniciales aparecen otros adicionales dependiendo del tipo de peste: bubónica, neumónica o septicémica.
La peste bubónica: síntomas y complicaciones
Es la forma de peste que en la Europa del siglo XIV se conocía como ‘peste negra’. Es la forma más frecuente y se produce por la picadura de pulgas que portan la bacteria. Aparecen los bubones, que son ganglios linfáticos aumentados de tamaño y muy dolorosos. Suelen surgir cerca de la zona de la picadura: en la axila si fue en el brazo o en la ingle si la pulga picó en la pierna. Además la zona está muy inflamada. En una cuarta parte de los pacientes puede haber pústulas o pápulas en la zona de la picadura. Los bubones se pueden abrir y convertirse en llagas abiertas que supuran. Esta forma tiene una mortalidad del 50-90% sin tratamiento antibiótico, y del 10-20% con tratamiento.
Las complicaciones de la forma bubónica de la peste son la sepsis (o peste septicémica), la coagulación intravascular diseminada (en la que por un lado hay hemorragias y por otro, formación de trombos, por una alteración en las proteínas de la sangre que controlan la coagulación), la encefalitis o meningitis, y la diarrea. Además, hasta el 10-20% de los pacientes con peste bubónica pueden desarrollar secundariamente la forma neumónica de la enfermedad.
La peste neumónica
Es la forma pulmonar de la enfermedad. Es un tipo más grave y afortunadamente menos frecuente. La mayoría de las formas neumónicas de peste se producen por una complicación de la peste bubónica. La otra posibilidad es que sea una neumonía primaria por haber adquirido la enfermedad por la inhalación de pequeñas gotas infecciosas. Además, esta forma de peste se puede transmitir de persona a persona por gotas respiratorias, o por gatos que tienen peste neumónica.
Los síntomas de la peste neumónica son la disnea (sensación de ahogo), la fiebre alta, el dolor torácico en los costados y la tos con expectoración sanguinolenta. Esta forma tiene una mortalidad del 100% si no se trata de forma adecuada con antibióticos, y del 50% cuando sí se trata.
La peste septicémica
Ocurre en el 10-20% de los afectados. La mayoría de veces es una complicación de la peste bubónica, aunque en uno de cada diez casos el paciente no tiene bubones. Estos pacientes tienen muy mal estado general, diarrea y vómitos, dolor abdominal y de cabeza y fiebre alta. Tienen la tensión arterial muy baja y acaban desarrollando un fallo multiorgánico, con alteración de la función de múltiples órganos. La mortalidad en estos casos llega al 50%.
Creado: 18 de diciembre de 2015