Pólipos uterinos
Los pólipos uterinos suelen ser benignos, y en ocasiones asintomáticos, pero pueden provocar sangrado anormal o infertilidad, por lo que es conveniente extirparlos si producen síntomas o hay riesgo de malignización.

Causas de los pólipos uterinos

Por: Dr. Miguel Vacas Córdoba

Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Actualizado: 31 de enero de 2025

Aunque se han propuesto numerosos mecanismos moleculares para explicar el desarrollo de los pólipos endometriales (hormonales, genéticos, etcétera), la causa específica que los produce no es bien conocida1

Sin embargo, existen una serie de factores que pueden incrementar el riesgo de desarrollar pólipos uterinos:

  • Exceso de estrógenos: niveles altos de estas hormonas sexuales femeninas en sangre aumentan el riesgo de desarrollar pólipos endometriales2. Los estrógenos son producidos fundamentalmente por los ovarios y, en menor medida, por las glándulas suprarrenales. Durante el embarazo, la placenta también tiene la capacidad de sintetizarlos. Para entenderlo, digamos que el crecimiento del endometrio (capa interna del útero) está regulado por los estrógenos y la progesterona. Un exceso de estrógenos sin la debida oposición de la progesterona puede favorecer la proliferación celular descontrolada en el endometrio, lo que facilita la formación de pólipos. Se ha observado una mayor incidencia de pólipos en mujeres con ciclos menstruales irregulares, síndrome de ovario poliquístico (SOP) o aquellas que reciben terapia hormonal sustitutiva con estrógenos sin progesterona.
  • Tamoxifeno: es un fármaco de eficacia demostrada utilizado en el tratamiento del cáncer de mama, pero puede aumentar el riesgo de pólipos3 debido a su acción agonista estrogénica en el útero. Entre un 2-36% de las mujeres postmenopaúsicas tratadas con este fármaco pueden desarrollar pólipos uterinos.
  • Tratamientos hormonales en mujeres postmenopaúsicas: las mujeres posmenopáusicas que reciben terapia de reemplazo hormonal (TRH) parecen tener una mayor incidencia de pólipos endometriales, algo que podría deberse a la estimulación continua del endometrio por los estrógenos.
  • Edad y etapa reproductiva: a mayor edad, mayor riesgo. Los pólipos son más comunes en mujeres premenopáusicas y perimenopáusicas (entre los 40 y 50 años), coincidiendo con fluctuaciones hormonales más marcadas. También pueden presentarse en mujeres postmenopáusicas, aunque en menor frecuencia. En estos casos, el riesgo de malignización aumenta ligeramente.
  • Inflamación crónica del endometrio: se ha sugerido que ciertos procesos inflamatorios crónicos del útero, como infecciones persistentes (endometritis crónica), pueden contribuir al desarrollo de pólipos.
    Estudios han encontrado células inflamatorias en el tejido de los pólipos, lo que sugiere que la inflamación puede desempeñar un papel clave en su formación.
  • Obesidad e hipertensión arterial: algunos autores consideran que son factores de riesgo para desarrollar pólipos uterinos, aunque no está tan claro en el caso de la hipertensión, algunas investigaciones sí apuntan que la obesidad es un factor de riesgo independiente en el desarrollo de pólipos endometriales4, por lo que sugieren que los médicos deberían estar atentos a la presencia de pólipos endometriales en la evaluación de pacientes con IMC ≥30. 
  • Diabetes y resistencia a la insulina: mujeres con diabetes tipo 2 o síndrome metabólico podrían tener un mayor riesgo de pólipos uterinos debido a la interacción entre la insulina y los receptores hormonales del endometrio. Un estudio publicado en BMC Womens Health5 encontró una mayor prevalencia de pólipos uterinos en mujeres con resistencia a la insulina.
  • Algunas enfermedades no muy comunes, como el síndrome de Lynch o el síndrome de Cowden6, se asocian a un mayor riesgo de desarrollar pólipos endometriales.

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  • 1
    Indraccolo U, Di Iorio R, Matteo M, Corona G, y Greco P. «The Pathogenesis of Endometrial Polyps: A Systematic Semi-Quantitative Review». European Journal of Gynaecological Oncology, vol. 34, n.º 4, Elsevier BV, 2013, pp. 454–461+, https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23589993/.
  • 2
    Frank Manconi. «Endometrial Polyps: Pathogenesis, Sequelae and Treatment». SAGE Open Medicine, vol. 7, SAGE Publications, 2019, doi:10.1177/2050312119848247.
  • 3
    P. McGurgan, L.J. Taylor, S.R. Duffy, y P.J. O’Donovan. «Does Tamoxifen Therapy Affect the Hormone Receptor Expression and Cell Proliferation Indices of Endometrial Polyps?». Maturitas, vol. 54, n.º 3, Elsevier BV, 2006, pp. 252–259+, doi:10.1016/j.maturitas.2005.11.007.
  • 4
    «Is There a Relationship Between Endometrial Polyps and Obesity, Diabetes Mellitus, Hypertension?». Archives of Gynecology and Obstetrics, vol. 290, n.º 5, Springer Science and Business Media LLC, pp. 937–941+.
  • 5
    Danhong Peng. «The Association Between Endometrial Polyps and Insulin Resistance from the Expression of PI3K and AKT Proteins Perspective». BMC Women’s Health, vol. 24, n.º 1, Springer Science and Business Media LLC, 2024, doi:10.1186/s12905-024-03218-5.
  • 6
    Pamela Stratton. «Management of Reproductive Health in Cowden Syndrome Complicated by Endometrial Polyps and Breast Cancer». Obstetrics and Gynecology, vol. 121, n.º 8, Baishideng Publishing Group Inc., 2013, p. 861+, https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC3799979/.

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