La retinosis pigmentaria es un grupo de trastornos hereditarios que pueden causar la degeneración progresiva de las células de la retina, la parte sensible a la luz del ojo, lo que puede llevar a la pérdida gradual de la visión. Su evolución es lenta, crónica y progresiva, aunque con frecuencia se producen algunas mejorías espontáneas en la agudeza y el campo visual. Los síntomas más frecuentes de la retinosis pigmentaria, aunque pueden variar según la persona y la etapa de la enfermedad, son los siguientes:
- Ceguera nocturna: mientras que las personas con una visión normal se adaptan fácilmente a la oscuridad tras un breve período de tiempo, las personas con retinosis pigmentaria tienen una adaptación muy lenta a la oscuridad y experimentan dificultades para ver en condiciones de poca luz, de tal forma que muchas veces incluso no son capaces de distinguir correctamente formas y objetos.
- Reducción del campo de visión: normalmente de la visión periférica (es lo que se conoce como visión en túnel). Con el tiempo, muchas personas con RP desarrollan visión de túnel, lo que significa que su campo visual se estrecha y solo pueden ver objetos en el centro de su campo visual.
- Dificultad para ver de frente: a medida que la retinosis pigmentaria progresa, la visión central también puede verse afectada, lo que dificulta la lectura, la visualización de objetos pequeños y la realización de tareas que requieren una visión nítida.
- Disminución de la agudeza visual: suele aparecer después de los síntomas anteriores. Produce dificultad para percibir formas y objetos.
- Deslumbramientos y fotopsias (visión de luces): muchos afectados perciben luces o pequeños flashes en la periferia de su campo visual que entorpecen su visión, sobre todo en condiciones de mucha luminosidad. La luz, además, les resulta cada vez más molesta. También puede haber problemas con la adaptación a cambios en la iluminación, como al entrar o salir de un edificio.
- Alteración de la percepción de los colores: afecta especialmente al azul y al amarillo, y ocurre cuando la enfermedad se encuentra muy avanzada.