Rosácea
La rosácea es una enfermedad cutánea sin causa conocida, caracterizada por el enrojecimiento de las mejillas del paciente y la aparición de pequeñas pústulas, lo que suele afectar a la vida social del afectado.

Causas de la rosácea y factores de riesgo

Madre e hija, ambas con rosácea, se abrazan sonriendo a la cámara

Las personas que sufren con más frecuencia rosácea son adultos jóvenes, habitualmente entre los 30 y los 50 años de edad.

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Cualquier persona puede padecer rosácea independientemente de sus características, pero se pueden identificar ciertos grupos de individuos que tienen una susceptibilidad especial para padecer la enfermedad. Las personas que sufren con más frecuencia rosácea son adultos jóvenes, habitualmente entre los 30 y los 50 años de edad. Suelen tener la piel clara, a veces también el pelo rubio y los ojos claros, por eso no es de extrañar que las poblaciones escandinavas o de origen celta presenten más predisposición a sufrir este problema.

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El patrón genético de la enfermedad no ha sido descubierto todavía, sin embargo se conoce que tener familiares que hayan padecido rosácea aumenta las posibilidades de desarrollarla. Lo mismo sucede si existen antecedentes familiares de acné, lo que sugiere cierta relación entre el acné y la rosácea.

Las mujeres sufren rosácea hasta tres veces más que los hombres, pero los casos más graves aparecen en los hombres con más frecuencia.

Causas de la rosácea

La causa original de la rosácea no es conocida y aún es objeto de estudio en la dermatología. Algunas posibles causas de la rosácea que se están investigando son:

  • Herencia familiar: que los antecedentes familiares aumenten las probabilidades de sufrir rosácea hace sospechar que la enfermedad debe tener una base genética aún no descubierta.
  • Infección cutánea: la rosácea se ha relacionado con el Demodex folliculorum, un ácaro que coloniza la piel de la cara habitualmente, pero que en las personas con la enfermedad aparece en mayor número. También se ha relacionado con algunas bacterias como el Helicobacter pylori, aunque su papel no es tan claro como en el caso del ácaro.
  • Alteración del sistema inmunológico: las defensas celulares de nuestro cuerpo están exaltadas en los pacientes que sufren rosácea, de manera que la inflamación cutánea de la cara persiste en el tiempo y es más intensa de lo habitual.
  • Exposición a la luz del sol: la radiación ultravioleta desencadena brotes de rosácea y la empeora hasta en el 30% de los casos. El mecanismo por el que esto sucede es desconocido.
  • Aumento del flujo sanguíneo: los vasos sanguíneos de nuestro cuerpo regulan la cantidad de sangre que pasa a la piel dilatándose o contrayéndose. En el caso de la rosácea la vasodilatación vascular se descontrola, por eso se desencadena en ambientes calurosos, tras realizar ejercicio físico, al beber alcohol y al comer comidas picantes o calientes.

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