El sarcoma de tejidos blandos es un tumor raro e infrecuente que engloba más de 60 subtipos, y que es responsable de hasta el 2% de todas las muertes por cáncer. Conoce sus síntomas y tratamiento para abordarlo a tiempo.
Especialista en oncología médica del Hospital Vall d’Hebron y tesorera del Grupo Español de Investigación en Sarcomas
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Al haber más de 60 tipos de sarcomas de tejidos blandos (STB), cada caso es distinto y necesita de un estudio y análisis diferencial para aplicar un tratamiento adecuado a cada paciente.
En líneas generales, las recomendaciones para el tratamiento del sarcoma de tejidos blandos suelen basarse en:
Cirugía. La finalidad de la cirugía es extirpar el tumor junto con un mínimo de uno a dos centímetros del tejido sano que rodea la lesión, para garantizar que no queden células cancerosas. En algunos casos la localización del tumor no permite extirparlo correctamente y podría ser necesario recurrir a una amputación para lograr la eliminación completa. Se puede acompañar con radioterapia o quimioterapia, tanto antes como después de la cirugía.
Radioterapia. Esta técnica permite eliminar las células cancerosas utilizando rayos X de alta energía u otros tipos de radiación. El tratamiento de radioterapia puede sustituir a la cirugía en algunos casos –sobre todo en niños–, pero esto no es lo más habitual, ya que la radiación se administra a la mayoría de los pacientes como complemento a la cirugía, bien antes de la misma para reducir el tamaño del tumor y facilitar la intervención, o tras extirpar el tumor para impedir que vuelva a crecer. También se puede emplear como tratamiento paliativo con el objetivo de aliviar los síntomas del sarcoma.
Quimioterapia. La quimioterapia consiste en la utilización de diferentes fármacos para frenar el crecimiento de las células cancerosas, ya sea eliminándolas o deteniendo su multiplicación. Puede emplearse antes de la cirugía, con el objetivo de facilitar la operación, o después de la misma, con la finalidad de reducir el riesgo de que se desarrollen metástasis, o como tratamiento de las mismas.
Terapiasdirigidas. La terapia dirigida se incluye entre las nuevas opciones de tratamiento del sarcoma de tejidos blandos, y se basa en el uso de fármacos u otras sustancias que identifican y combaten a las células cancerosas provocando menos daños en los tejidos sanos, y alterando también la capacidad de las células malignas para crecer, dividirse, o repararse por sí mismas o interactuando con otras células. Ejemplos de este tipo de terapias dirigidas son pazopanib (Votrient®) un medicamento antiangiogénico, u olaratumab (Lartruvo®)*, aprobado recientemente por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Agencia Americana del Medicamento (FDA) para el tratamiento del sarcoma de tejidos blandos en estadio avanzado. * Aclaración (25 de enero 2019): Los resultados del estudio post-autorización requerido por las autoridades sanitarias no confirman el beneficio clínico en la indicación autorizada. Por tanto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios recomienda a los médicos no iniciar nuevos tratamientos y considerar el mantenimiento del mismo solo en aquellos casos en los que se haya evidenciado beneficio clínico.
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Centros de referencia en el tratamiento de sarcoma de tejidos blandos
El abordaje del sarcoma de tejidos blandos requiere de un alto grado de especialización en esta patología, ya que una mala aproximación al tumor puede provocar que este se propague. De hecho, numerosos estudios indican que el abordaje de los sarcomas de tejidos blandos en centros especializados con experiencia obtiene mejores resultados.
El sarcoma de tejidos blandos es una patología que exige una alta especialización en diferentes disciplinas: cirugía, reconstrucciones y anatomía patológica, entre otros campos, además de una adecuada coordinación entre las mismas. Por este motivo, los expertos ven fundamental que, antes de operar cualquier bulto, se considere la posibilidad de que la tumoración sea un sarcoma, y el paciente sea derivado a un centro de referencia.
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En la actualidad, hay cinco centros de referencia autorizados en España:
Dos en Cataluña: el Instituto Catalán de Oncología (ICO) –Bellvitge–, en Hospitalet de Llobregat, y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona.
Dos en la Comunidad de Madrid: el Hospital Clínico San Carlos y el Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Uno en Andalucía: el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla).