Un nuevo dispositivo mejora el tratamiento de la sepsis
17/09/2014
Un nuevo dispositivo que imita las funciones del bazo humano ha mostrado su eficacia en el tratamiento de la sepsis, una enfermedad en la que se desencadena una respuesta inflamatoria frente a una infección originada por bacterias, hongos, virus o parásitos, y que puede ocasionar la muerte del paciente antes de que los antibióticos tengan tiempo de actuar.
Se estima que ocho millones de personas fallecen cada año en el mundo a causa de sepsis que, además, es la principal causa de muerte en el hospital. Puede estar provocada por infecciones muy diversas –de la piel, del tracto urinario, pulmonares…–, e identificar el agente responsable de la sepsis puede llevar días, y no siempre se identifica, por lo que se administran a los pacientes antibióticos de amplio espectro, que en ocasiones no resultan eficaces, y en otras pueden tener efectos secundarios no deseados.
El nuevo dispositivo –denominado biospleeen–, que ha sido desarrollado por científicos del Instituto Wyss de Ingeniería Inspirada Biológicamente de la Universidad de Harvard (EE.UU.) puede suponer una gran esperanza para los afectados, el 30% de los cuales, como ha explicado Mike Super, investigador del Instituto Wyss, mueren mientras reciben tratamiento en las unidades de cuidados intensivos.
El biospleen es capaz de filtrar los patógenos vivos y muertos de la sangre, junto a las peligrosas toxinas que se desprenden de estos, eliminando más del 90% de los patógenos
El biospleen ha sido probado en el laboratorio en sangre humana contaminada. En unas horas, el nuevo dispositivo –que funciona fuera del cuerpo como una máquina de diálisis– es capaz de filtrar los patógenos vivos y muertos de la sangre, junto a las peligrosas toxinas que se desprenden de estos patógenos, y eliminar más del 90% de los patógenos.
Posteriormente utilizaron el biospleen con ratas infectadas y, tras cinco horas de filtrado, lograron eliminar el 90% de las bacterias y toxinas de la circulación sanguínea de los animales, el 90% de los cuales sobrevivió tras el tratamiento frente al 14% del grupo control que no fue tratado.
Actualizado: 18 de diciembre de 2020