SIBO
El SIBO o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado es un aumento excesivo de las bacterias de esta parte del tubo digestivo. Conoce sus causas y el tratamiento más adecuado para evitar complicaciones.

Causas del SIBO

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 29 de julio de 2022

Hay múltiples causas que pueden acabar produciendo un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Se podrían dividir los trastornos que con mayor frecuencia producen SIBO en varias categorías distintas. Realmente, la que sigue no pretende ser una lista exhaustiva de causas, ya que el SIBO es un trastorno que se investiga de forma constante y sobre el que se describen factores causales novedosos de forma continua.

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Los trastornos funcionales y de la motilidad son un factor importante relacionado con el SIBO. En condiciones normales el intestino presenta un complejo motor migratorio (CMM) que limpia el intestino de restos de alimentos y de bacterias. Esta movilidad se puede alterar en situaciones como el síndrome de intestino irritable, el uso de fármacos como los opioides, la diabetes, o la pseudoobstrucción intestinal. También la enteritis rádica, el párkinson, o cualquier enfermedad que produzca neuropatía o miopatía intestinal, provocan alteraciones del CMM y pueden originar SIBO.

Las alteraciones anatómicas y estructurales también son causa de SIBO. Se trata de cuadros como el síndrome del asa ciega intestinal, la enfermedad inflamatoria intestinal, las adherencias por intervenciones quirúrgicas previas o por radioterapia, los tumores del intestino delgado, la diverticulosis de intestino delgado, las alteraciones de la válvula ileocecal, o el bypass gástrico realizado como intervención para el tratamiento de la obesidad mórbida.

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Ya se ha comentado que la diabetes puede ser causa de SIBO por neuropatía intestinal. Otros procesos que pueden predisponer al SIBO son la cirrosis hepática o la insuficiencia pancreática exocrina, porque se altera la cantidad y la composición de la bilis y las enzimas digestivas, permitiendo de esta manera el sobrecrecimiento de las bacterias en el intestino delgado.

Adicionalmente hay diversos trastornos del sistema inmune, como la inmunodeficiencia variable combinada, la deficiencia de inmunoglobulina A, o la infección por el VIH, donde también hay un riesgo aumentado de SIBO. Otras situaciones como determinadas parasitosis, la enfermedad celíaca o las alteraciones de la acidez gástrica (sobre todo por la toma crónica de protectores gástricos), también se relacionan con el SIBO.

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