SIBO
El SIBO o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado es un aumento excesivo de las bacterias de esta parte del tubo digestivo. Conoce sus causas y el tratamiento más adecuado para evitar complicaciones.

Diagnóstico del SIBO

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Para diagnosticar el SIBO o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado lo más importante es sospecharlo. Cualquier persona que tenga síntomas digestivos como los descritos pudiera tener un SIBO, asociado o no a otra patología digestiva o sistémica. Es importante realizar una historia clínica completa incluyendo la medicación que toma la persona, o los síntomas relacionados con la ingesta de diferentes alimentos, además de una exploración física minuciosa.

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Se puede sospechar SIBO en ciertas situaciones, como por ejemplo en el caso de una mejoría insuficiente en pacientes celíacos que realizan dieta sin gluten. También si hay un empeoramiento de síntomas digestivos cuando se administran probióticos, prebióticos, o una dieta con mucha fibra. En otros casos se sospecha si hay una mejoría transitoria de síntomas digestivos después de tomar antibióticos, o un empeoramiento con fármacos como los opioides o los protectores gástricos.

Test del aliento para confirmar el diagnóstico de SIBO

El diagnóstico del SIBO hoy en día se realiza fundamentalmente con el test del aliento o test de aire espirado para sobrecrecimiento bacteriano. En una persona sana el hidrógeno y el metano se producen solo en el intestino grueso, pero en caso de SIBO se producen también en el intestino delgado. El test consiste en administrar lactulosa o lactitol y medir en el aliento el hidrógeno y el metano.

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Estos azúcares en condiciones normales no se absorben en el intestino delgado y deberían llegar al intestino grueso. Si el test es positivo con dos picos o un pico precoz en las concentraciones de hidrógeno y metano en el aire espirado, se considera como positivo para SIBO porque indicaría la presencia de bacterias que fermentan la lactulosa en el intestino delgado. Para realizar la prueba hay que seguir una serie de recomendaciones previas de forma estricta.

Esta prueba puede tener bastantes falsos negativos y, con menor frecuencia, también falsos positivos. Si se sigue sospechando SIBO con una prueba negativa, se podría repetir, o bien realizar por endoscopia un aspirado yeyunal con cultivo del líquido obtenido. Otra opción sería realizar un tratamiento empírico y observar la respuesta.

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Además del diagnóstico del SIBO en sí es importante buscar la causa del sobrecrecimiento bacteriano, y tener en cuenta que un paciente con SIBO puede tener varias causas concurrentes. La enfermedad celíaca, la hipoclorhidria gástrica, la presencia de giardiasis y el intestino irritable con alteración del complejo motor migratorio, son especialmente frecuentes.

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