Síntomas del síndrome de Cushing

Los síntomas y los signos del síndrome de Cushing varían con la edad, el sexo, y también con la causa, la intensidad y la duración del hipercorticismo. La enfermedad puede ocasionar obesidad, variaciones en la piel, hipertensión arterial, alteraciones psíquicas, osteoporosis, trastornos del metabolismo de la glucosa, etcétera.

La obesidad en este síndrome tiene unas características muy especiales, ya que afecta sobre todo a la cara y al tronco. La cara de la persona enferma por Cushing es redonda (descrita en los libros de medicina como “cara de luna llena”) y está rubicunda, y el cuello está muy engrosado (descrito como “cuello de búfalo”). La piel, en general, está adelgazada, con estrías de color rojo violáceo en el abdomen, las caderas, las axilas, las mamas y los muslos. Los hematomas aparecen con mucha facilidad, espontáneamente o con traumatismos mínimos. Las heridas cicatrizan más tarde de lo normal.

La hipertensión arterial suele ser moderada. En aproximadamente la mitad de los pacientes se producen trastornos psíquicos como depresión, irritabilidad, ansiedad, insomnio, labilidad emocional, pánico y cuadros paranoicos.

Los trastornos del metabolismo de la glucosa producen una diabetes mellitus. La osteoporosis (pérdida de hueso) puede ser muy intensa, favoreciendo la aparición de fracturas, y se da con mucha frecuencia en los enfermos jóvenes. También se pueden producir cálculos urinarios debido a una mayor eliminación de calcio por la orina.

En los niños se produce un retraso del crecimiento y de la maduración de los huesos.

En los casos con secreción aumentada de ACTH la piel toma un color oscuro. Además, las mujeres no tienen la menstruación o es mínima, y si también tienen un aumento de los andrógenos de origen suprarrenal se produce seborrea, acné y aumento del vello en diferentes partes del cuerpo (hirsutismo).