Síndrome de Menkes
Actualizado: 28 de noviembre de 2023
Qué es el síndrome de Menkes
El Síndrome de Menkes es una enfermedad genética rara, descubierta por el Dr. John Menkes en la década de 1960. Se caracteriza por una alteración en el metabolismo del cobre, un mineral esencial para el desarrollo neurológico y la formación del tejido conectivo y huesos. El síndrome se clasifica como un trastorno multisistémico grave de transporte de cobre debido a mutaciones en el gen ATP7A, que codifica una proteína esencial para el movimiento del cobre dentro del cuerpo.
La enfermedad, también conocida como hipocupremia congénita, es más común en hombres debido a su patrón de herencia recesivo ligado al cromosoma X. Las mujeres pueden ser portadoras del gen mutado, pero rara vez presentan síntomas severos. La incidencia del Síndrome de Menkes se estima en aproximadamente 1 de cada 100.000-250.000 nacimientos, lo que subraya su rareza.
Los síntomas suelen aparecer en los primeros meses de vida e incluyen retraso en el desarrollo, imposibilidad de ganar peso, disminución del tono muscular (hipotonía), deterioro del sistema nervioso, convulsiones, rasgos faciales caídos y una apariencia distintiva del cabello, a menudo descrita como áspera, retorcida y con poco color (cabello kinky). Estos síntomas reflejan la importancia crítica del cobre en múltiples sistemas corporales, incluido el cerebro y el sistema nervioso.
La mayoría de los niños que nacen con el síndrome de Menkes tiene una expectativa de vida que oscila entre los 3 y los 5 años, y acaban falleciendo por la degeneración progresiva de las células nerviosas. Si el tratamiento con cobre necesaria se administra de forma muy temprana en los primeros días o meses de vida el pronóstico puede alargarse hasta los 10 años en algunos casos.
Dada la naturaleza progresiva y potencialmente grave de la enfermedad, el Síndrome de Menkes requiere un enfoque interdisciplinario en su diagnóstico y tratamiento. El 29 de noviembre se celebra el Día de Concienciación sobre el Síndrome de Menkes, con el objetivo de dar a conocer esta cruel enfermedad ultrarrara. Se celebra este día coincidiendo con que el 29 es el número atómico del cobre. Este artículo proporciona una visión integral del síndrome, abarcando desde su etiología hasta las opciones actuales de tratamiento, y destaca la importancia de la concienciación y el apoyo a las familias afectadas.
Prevalencia del síndrome de Menkes
La prevalencia del Síndrome de Menkes varía según la región geográfica. A nivel europeo, se estima que la incidencia de esta enfermedad es de aproximadamente 1 caso por cada 300.000 recién nacidos. Esta tasa es similar en España, donde también se estima una incidencia de 1 caso por cada 300.000 recién nacidos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos valores pueden variar ligeramente entre diferentes países europeos.
En otras partes del mundo, la incidencia puede diferir. Por ejemplo, en Japón, la incidencia reportada es de 1/360.000, mientras que, en Australia, la incidencia anual es mucho más alta, estimada entre 1/50.000 y 1/100.000, lo que podría deberse a un efecto fundador.
Estos datos resaltan la variabilidad en la prevalencia del Síndrome de Menkes en diferentes regiones, lo que puede estar influenciado por factores genéticos y demográficos. Estas cifras proporcionan una perspectiva importante sobre la rareza de la enfermedad y la necesidad de concienciación y recursos para su diagnóstico y tratamiento.
Causas del síndrome de Menkes
El Síndrome de Menkes es causado por mutaciones en el gen ATP7A, ubicado en el cromosoma X. Este gen es crucial para la síntesis de una proteína (proteína de Menkes) que regula la absorción y distribución del cobre en el cuerpo. El suministro de cobre en el organismo es vital para el desarrollo del sistema nervioso, el mantenimiento de los vasos sanguíneos, el sistema inmunológico, la estructura y función de los huesos, y la pigmentación del cabello y la piel.
Estas mutaciones en el ATP7A –de las que los investigadores han identificado más de 150– llevan a un defecto en el transporte de cobre, resultando en una deficiencia de cobre en el cerebro y una acumulación excesiva en otros tejidos como el riñón y el intestino delgado.
El síndrome se hereda de manera recesiva ligada al cromosoma X. Esto significa que los varones (XY) afectados heredan la mutación de su madre, que es portadora. Las mujeres (XX) con una copia del gen mutado son portadoras y generalmente no presentan síntomas severos, ya que tienen una segunda copia del gen en su otro cromosoma X que funciona correctamente. Sin embargo, en raras ocasiones, una mujer portadora puede presentar síntomas leves debido a un fenómeno llamado inactivación del cromosoma X.
Factores de riesgo del síndrome de Menkes
Los principales factores de riesgo para el Síndrome de Menkes incluyen:
Historial familiar: la presencia de familiares, especialmente varones, con el síndrome aumenta el riesgo.
Portadoras femeninas: las mujeres con un historial familiar de la enfermedad pueden ser portadoras y tienen un riesgo significativo de transmitir la mutación a sus hijos varones.
El Síndrome de Menkes es una enfermedad rara y la mayoría de los casos ocurren en familias sin un historial previo de la condición, lo que implica nuevas mutaciones en el gen. La asesoría genética es crucial para las familias afectadas y aquellas con riesgo de ser portadoras, para comprender las probabilidades de transmisión y considerar las opciones de diagnóstico prenatal.
Síntomas del síndrome de Menkes
El Síndrome de Menkes presenta una variedad de síntomas y manifestaciones clínicas que suelen aparecer en los primeros meses de vida. Estos síntomas son el resultado de la deficiencia de cobre en el cuerpo, lo que afecta varios sistemas y funciones esenciales:
Síntomas de aparición temprana
Retraso en el desarrollo: los niños con Síndrome de Menkes frecuentemente muestran un retraso significativo en el desarrollo, tanto físico como cognitivo.
Problemas de alimentación: dificultades para succionar y tragar, lo que puede conducir a una nutrición inadecuada, imposibilidad de ganar peso y fallo en el crecimiento.
Hipotonía: disminución del tono muscular, lo que resulta en debilidad muscular y retraso en el logro de hitos motores como sentarse o gatear. Con el paso de los años se traduce en espasticidad y debilidad de las extremidades.
Cabello característico: el primer signo en los primeros meses de vida puede ser presentar un cabello típicamente escaso, áspero, retorcido y con poco brillo o color, conocido como “cabello kinky” o “cabello en acero”. A menudo, el primer signo es un cabello inusualmente escaso y sin brillo, que se manifiesta en los 2 primeros meses de edad. Este tipo de pelo es quebradizo, sobre todo en las áreas del cuero cabelludo sometidas a fricción. Debido a ello también se conoce como síndrome del cabello ensortijado.
Complicaciones neurológicas y del desarrollo
Convulsiones: suelen ser comunes en los niños con este síndrome, pueden variar en severidad y frecuencia.
Anomalías en el cerebro: cambios estructurales en el cerebro, incluyendo atrofia cerebral y alteraciones en la sustancia blanca.
Dificultades de aprendizaje y problemas cognitivos: retrasos en el desarrollo del habla y desafíos en el aprendizaje debido a deficiencias cognitivas.
Otras afectaciones física:
Problemas óseos y articulares: fragilidad ósea, lo que puede llevar a fracturas con facilidad y anormalidades esqueléticas.
Problemas cutáneos: piel laxa o arrugada.
Rasgos faciales característicos: mejillas rechonchas, poca expresión facial, ausencia de sonrisa y puente nasal aplanado.
Temperatura corporal anormalmente baja: dificultad para mantener una temperatura corporal normal.
Anomalías en los vasos sanguíneos: aumento del riesgo de hemorragias y aneurismas.
Estos síntomas varían en su gravedad y combinación en cada individuo afectado por el Síndrome de Menkes. El diagnóstico temprano y el manejo adecuado de estos síntomas son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes. La evolución de la enfermedad puede ser progresiva, y en muchos casos, los síntomas se intensifican con el tiempo.
Diagnóstico del síndrome de Menkes
El diagnóstico del Síndrome de Menkes es fundamental para iniciar un manejo adecuado lo antes posible de este trastorno. A continuación, se describen los métodos de diagnóstico comúnmente utilizados:
El diagnóstico inicial a menudo comienza con una evaluación de los síntomas físicos y del desarrollo del niño, especialmente si presenta características como el cabello kinky, hipotonía y retraso en el desarrollo. Así, ante cualquier sospecha de este síndrome, es fundamental que los médicos estén atentos a los síntomas tempranos, especialmente en los niños con retraso en el desarrollo y características físicas inusuales. Por su parte, los padres que observen síntomas preocupantes en sus hijos deben buscar una evaluación médica lo antes posible.
Lo habitual es realizar análisis de cobre y ceruloplasmina en sangre: estos análisis ayudan a detectar niveles anormalmente bajos de cobre y ceruloplasmina (una proteína que transporta cobre) en la sangre, lo cual es indicativo del Síndrome de Menkes. Sin embargo, estos niveles también suelen ser bajos en los recién nacidos, es por ello que el análisis de catecolaminas en la sangre, indicativo de un déficit en dopamina beta-hidroxilasa (DBH), puede ser una prueba diagnóstico más rápida.
El cabello de los pacientes con Menkes tiene una estructura anormal que puede observarse al microscopio. Mientras que con la realización de radiografías craneales y del esqueleto puede observarse anomalías óseas como espolones en los huesos largos, ensanchamiento en la parte medial de los huesos, alteraciones en las suturas del cráneo o una osteoporosis generalizada.
Por otro lado, las pruebas genéticas son fundamentales para confirmar el diagnóstico. Estas pruebas buscan mutaciones en el gen ATP7A, lo cual confirma definitivamente la presencia del síndrome. Sin embargo, pueden ser limitadas, debido a la gran variedad de mutaciones que generan enfermedad de Menkes.
Además, las resonancias magnéticas (RM) y las tomografías computarizadas (TC) pueden revelar cambios en el cerebro asociados con el trastorno, como atrofia cerebral o anormalidades en la sustancia blanca.
Detección precoz del síndrome de Menkes
Detectar el Síndrome de Menkes en las primeras etapas de la vida es crucial para el manejo de la enfermedad, ya que permite iniciar tratamientos que pueden mejorar los síntomas y la calidad de vida del paciente.
Sin embargo, a menudo, el diagnóstico se retrasa debido a la falta de concienciación sobre la enfermedad y a la variabilidad de los síntomas en las primeras etapas. En cualquier caso, el diagnóstico prenatal es posible cuando se ha detectado previamente la variante patogénica en la familia. Si así fuera, se aconseja determinar el estado de portador de la madre antes del embarazo. En dicho caso, se ofrece consejo a las parejas, informándoles de que el riesgo de que un feto masculino resulte afectado es del 50% en cada gestación.
Tratamiento del síndrome de Menkes
Actualmente no existe una cura conocida para el síndrome de Menkes, por lo que su tratamiento se centra en manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Pero es vital que se inicie lo antes posible con el fin de evitar las complicaciones neurológicas.
Estos son algunos de los enfoques de tratamiento y manejo más comunes de los niños con síndrome de Menkes:
Suplementación de cobre: el tratamiento más común implica la administración de cobre, generalmente a través de inyecciones subcutáneas de acetato de cobre o histidinato de cobre, con una dosis de 50-150 µg/kg al día de por vida. Este tratamiento busca aumentar los niveles de cobre en el cuerpo, aunque su eficacia puede ser limitada y varía entre pacientes. Los suplementos orales pueden no ser útiles porque el cobre no es absorbido por las células intestinales.
Tratamientos de apoyo: estos incluyen terapias físicas, ocupacionales y del habla para mejorar la movilidad, las habilidades motoras y la comunicación. La nutrición adecuada y el manejo de problemas gastrointestinales también son fundamentales.
Manejo de complicaciones: las convulsiones se tratan con medicamentos antiepilépticos. Otras complicaciones, como problemas óseos o anomalías vasculares, pueden requerir tratamientos específicos.
Investigación en curso y consejos para familias
La investigación continúa explorando tratamientos más efectivos, incluyendo terapias génicas y moléculas que mejoran la función del gen ATP7A mutado.
Por otro lado, hay ensayos clínicos en marcha, que son esenciales para evaluar la seguridad y eficacia de nuevos tratamientos. Por ejemplo, recientes estudios, como uno realizado en el Hospital Sant Joan de Déu, han explorado el uso de elesclomol, una molécula que ayuda a transportar el cobre al cerebro, que se ha probado de forma experimental en el pequeño Marco.
Los pacientes con Menkes deben tener un seguimiento regular con un equipo de atención médica especializado. Es importante que las familias reciban educación sobre la enfermedad y apoyo psicológico, ya que el cuidado de un niño con Menkes puede ser desafiante.
Creado: 28 de noviembre de 2023