Síntomas de la siringomielia
Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias
Actualizado: 28 de junio de 2022
Los síntomas de la siringomielia se desarrollan tan lentamente que los pacientes casi nunca pueden precisar su comienzo, el cual se remonta a muchos años antes del diagnóstico. De esta regla general se salen algunos casos en los que un acontecimiento concreto como un traumatismo o un parto agravan rápidamente los síntomas, alertando a los pacientes. Lo más frecuente es que los primeros signos y síntomas aparezcan a partir de los 30 años, y posteriormente tengan un curso progresivo.
El quiste o cavidad intramedular suele localizarse a nivel de la médula espinal cervical, ocasionando síntomas en el cuello, los brazos y la parte superior del tórax. Al crecer de tamaño lo primero que se afecta es la sensibilidad para la temperatura y el dolor, produciéndose anestesia térmica y dolorosa (el paciente pierde sensibilidad al dolor o la temperatura, conservando el tacto). Las consecuencias de esto son una mayor probabilidad de sufrir de forma accidental quemaduras y heridas indoloras, localizadas sobre todo en los brazos.
Según la distribución que adopta el quiste en su expansión aparecen otros síntomas como son dolor crónico (puede afectar a la cabeza, el cuello, los brazos o incluso a la espalda y las piernas), alteración de los reflejos musculares de los brazos, pérdida de fuerza, pérdida de masa muscular (atrofia muscular), contracciones involuntarias de los músculos (espasmos musculares), movimientos descoordinados, disminución o ausencia de sudoración en diferentes partes del cuerpo o lo que se conoce como síndrome de Horner. El síndrome de Horner se caracteriza por la existencia de un párpado caído (ptosis), una pupila de pequeño tamaño (miosis), el hundimiento de los globos oculares (enoftalmos) y la ausencia de sudoración en el lado de la cara afectado (anhidrosis).
Si el quiste se extiende en dirección superior pueden afectarse zonas más altas del sistema nervioso central, como el bulbo raquídeo o los pares craneales produciéndose, entre otros, atrofia de la lengua, disfonía, dificultad para tragar, trastornos respiratorios o neuralgia del trigémino (dolor facial). La afectación del bulbo raquídeo por una siringomielia puede llegar a ser mortal si se afecta de forma importante el centro respiratorio.
La aparición de síntomas por debajo del nivel medular en el que se encuentra la lesión se debe al daño de las vías nerviosas o cordones medulares que se encuentran a esa altura. Los síntomas más frecuentes son paraparesia espástica (ligera dificultad para realizar los movimientos de las extremidades asociada a espasmos musculares y rigidez) y alteración de los reflejos.
Además de los síntomas propios del quiste intramedular, los pacientes pueden tener los síntomas y signos derivados de aquellas anomalías asociadas a la siringomielia, como la escoliosis (desviación de la columna vertebral) o la malformación de Arnold-Chiari. De este modo pueden aparecer dolor de cabeza, dolor cervical o vértigos. Finalmente, conviene recordar que algunas siringomielias son absolutamente asintomáticas y se descubren como un hallazgo casual en la resonancia magnética o en la autopsia.
Creado: 29 de febrero de 2016