Tratamiento de la siringomielia

El tratamiento fundamental de la siringomielia es la cirugía, que tiene como objetivo detener el daño progresivo al que se ve sometida la médula espinal por el crecimiento del quiste localizado en su interior.

Tratamiento quirúrgico

Algunos pacientes tienen tan pocos síntomas y la enfermedad evoluciona de una forma tan lenta que posiblemente es preferible una actitud conservadora. Cuando la sintomatología es importante la cirugía sí está indicada, y la técnica quirúrgica va a depender de lo avanzada que esté la enfermedad y de la existencia de alguna anomalía asociada, como la malformación de Chiari.

Como en todo tratamiento quirúrgico pueden existir complicaciones, sin embargo el índice de mortalidad es bajo (en torno al 1%). La mayoría de las complicaciones tienen que ver con trastornos en el líquido cefalorraquídeo, y ocurren en aproximadamente un 10% de los casos.

Tras la cirugía, la mayoría de los pacientes mejoran su calidad de vida. Los resultados a largo plazo indican una mejoría en alrededor del 60% de los pacientes, un 30% permanecen igual y un 10% que pueden empeorar o seguir evolucionando. Los resultados peores ocurren en pacientes de edad avanzada con síntomas de larga evolución y con lesiones asociadas a la anomalía de Chiari.

Las siringomielias asociadas a infecciones o traumatismos tienen una indicación quirúrgica difícil. Generalmente se tratan con descompresión y drenaje mediante un catéter que lleve líquido cefalorraquídeo desde la cavidad quística a otra zona del cerebro o al abdomen en algunos casos, aunque con resultados dispares. Los casos por tumor de médula espinal intramedular se tratan con extirpación del tumor y secundariamente suelen disminuir las cavidades siringomiélicas.

Tratamiento no quirúrgico

Además del tratamiento quirúrgico, existen otras opciones terapéuticas cuyo objetivo es controlar el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente con siringomielia.

El dolor crónico es uno de los principales problemas que pueden presentar los enfermos con siringomielia. Para su tratamiento se pueden utilizar analgésicos (más o menos potentes dependiendo de cada caso concreto) u otros fármacos como antidepresivos, antiepilépticos o anestésicos con efecto analgésico.

La realización de ciertos ejercicios puede aliviar el dolor y ayudar a conservar la movilidad de las articulaciones. Para ello es fundamental seguir las indicaciones de especialistas, que serán quienes indiquen al enfermo qué ejercicios debe hacer y con qué frecuencia.