Qué son las telangiectasias

Las telangiectasias son dilataciones de los pequeños vasos sanguíneos que están en la superficie de la piel. También se les llama ‘arañas vasculares’, ya que pueden recordar a un cuerpo central del que salen patas largas y finas. Estos vasos, que son capilares, venas o arteriolas, se presentan típicamente como líneas finas, patrones en forma de telaraña o pequeños racimos, y suelen ser de color rojizo –como el vino–, azula o púrpura, dependiendo de si es una arteria o una vena lo que se dilata.

Pueden aparecer en cualquier punto de la piel, siendo más frecuentes en las piernas y la cara. Es muy característico de las telangiectasias que cuando se comprimen desaparecen unos segundos, porque se vacía la sangre que contienen.

Las mujeres se encuentran más afectadas por este trastorno, probablemente porque los estrógenos favorecen su aparición. En los hombres las ‘arañas vasculares’ son menos comunes, y se relacionan con mayor frecuencia con alguna enfermedad. No se han encontrado diferencias de incidencia entre distintas razas, aunque en la raza negra se aprecian menos debido a la pigmentación natural de la piel.

El desarrollo de las telangiectasias puede ser el resultado de varios factores, incluyendo la genética, cambios hormonales, exposición al sol, y presión venosa aumentada. En algunos casos, pueden estar asociadas con el envejecimiento, ya que los vasos sanguíneos pierden su elasticidad.

Desde un punto de vista médico, las telangiectasias son principalmente un problema estético que se producen de forma espontánea y no suelen ser perjudiciales para la salud. No obstante, en algunos casos, pueden indicar una condición subyacente más grave, como enfermedades del colágeno, ciertos trastornos autoinmunes, o enfermedades hepáticas. Por ello, su tratamiento no es obligado, y solo en algunos casos se deberán realizar pruebas que descarten patologías desconocidas.

Sin embargo, son una causa frecuente de consultas estéticas, sobre todo entre las mujeres de mediana edad. En la actualidad hay tratamientos sencillos, que en la mayoría de los casos consiguen eliminar las telangiectasias. Así, dicho tratamiento puede variar dependiendo de la severidad y la causa subyacente. Las opciones comunes incluyen terapias con láser, que ayudan a cerrar los vasos dilatados sin dañar la piel circundante, y la escleroterapia, que implica la inyección de una solución que cierra los vasos afectados. Estos tratamientos son generalmente seguros y eficaces, aunque es posible que se necesiten varias sesiones para obtener resultados óptimos.