Teniasis
Resulta escalofriante pensar en un gusano de varios metros de largo viviendo en nuestro cuerpo. Es la solitaria o tenia, un parásito cuya infestación afecta a millones de personas sin que sean conscientes de ello.

Síntomas de la teniasis

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 29 de julio de 2022

La mayoría de los humanos que tienen una tenia o solitaria en su intestino en realidad no tienen muchos síntomas. Lo más frecuente es ver los segmentos de la tenia en las heces, o notar cómo pasan por el ano. La mayoría de las veces, cuando se produce la infestación intestinal en el ser humano, se debe a un único gusano adulto que puede vivir durante años en el intestino delgado. Este gusano adulto va soltando de media unos seis proglótides o segmentos al día (cada gusano tiene 1.000-2.000 proglótides). En cada proglótide o segmento puede haber 50-100 mil huevos (depende de la especie).

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Si aparecen síntomas de la teniasis, son muy inespecíficos. Así, pueden presentarse náuseas. Otras veces puede haber dolores abdominales intermitentes y poco específicos. Si hay anorexia la persona perderá peso por comer poco, aunque esto no es tan habitual como se podría pensar por la expresión de ‘tener la solitaria’ para describir a algunas personas que comen mucho pero están delgadas.

Las personas con una tenia en su intestino pueden tener ansiedad, mareos y dolores de cabeza. Otras veces pueden surgir picores en la piel sin causa aparente.

Raramente los proglótides pueden producir obstrucción de algunas partes del aparato digestivo como el apéndice, provocando una apendicitis; el conducto biliar, lo que produciría una colangitis; o el conducto pancreático, produciendo una pancreatitis. También es excepcional aspirar o regurgitar los segmentos.

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Síntomas y complicaciones de la cisticercosis

La cisticercosis que se produce por la Taenia solium es más peligrosa. Si se ingiere agua o alimentos contaminados con huevos de esta tenia, habitualmente por mala higiene y por transmisión de un conviviente con tenia intestinal (o de uno mismo), las larvas pueden acabar migrando igual que en los cerdos, con la formación de quistes llamados cisticercos en diversas partes del cuerpo. Si esto sucede en el músculo, el quiste se acaba encapsulando, y en estos casos no suele haber mayores problemas. También pueden formarse en la piel o los ojos.

Si se forma un quiste en el cerebro, estaríamos ante la neurocisticercosis. En las personas con neurocisticercosis pueden aparecer dolores de cabeza intensos. Puede aparecer ceguera (también en la afectación ocular). Pueden surgir hidrocefalia o demencia. Las convulsiones y la epilepsia se deben a la irritación y lesión de la zona del cerebro afectada. De hecho, la neurocisticercosis es la causa prevenible de epilepsia más frecuente en el mundo, suponiendo hasta el 30% de los casos de epilepsia en África y Asia.

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