Tétanos
Si no se previene o se trata a tiempo, el tétanos puede causar la muerte de la persona infectada, de ahí la importancia de conocer cómo se contagia y las vías de actuación para tratar esta enfermedad.

Prevención del tétanos

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Debido a la gravedad de la enfermedad y a que no existe un tratamiento completamente efectivo para curar la infección, la prevención del tétanos es la base para controlar la enfermedad. Su prevención se basa en el tratamiento precoz de la herida (limpieza y desinfección) y en la administración de una vacuna contra el tétanos.

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A día de hoy todos los recién nacidos deben comenzar su programa de vacunación a los dos meses, para seguir con dosis de refuerzo a los cuatro, seis y 18 meses. Esto se cumple prácticamente en todos los países del mundo, incluso en los más subdesarrollados. Se suele administrar junto con la vacuna de la difteria y la tos ferina, lo que se conoce como vacuna DTP. Después de la última dosis se debe administrar una dosis de recuerdo cada 10 años durante toda la vida, aunque hay estudios que indican que podría no ser necesario. Las complicaciones de la vacuna son extremadamente infrecuentes y sus beneficios son claramente positivos.

Cuándo se necesita otra dosis de refuerzo de la vacuna antitetánica

A pesar de la vacunación, hay que tener en cuenta que cada vez que una persona sufra una herida con alguno de los factores de riesgo señalados en el apartado causas del tétanos es necesario que se valore su grado de protección ante el tétanos, para así suministrar o no una dosis de refuerzo de la vacuna. La necesidad de esta dosis de vacuna dependerá del estado de la herida y del tiempo que haya pasado desde la última dosis de refuerzo administrada. Las indicaciones sobre cuándo es necesaria esta dosis de refuerzo y cuándo no varían cada cierto tiempo según la evidencia científica, hoy podemos señalar las siguientes:

  • Herida limpia y última dosis administrada en los últimos 10 años: no es necesario dosis de refuerzo de vacuna.
  • Herida limpia y última dosis hace más de 10 años: dosis de refuerzo de vacuna.
  • Herida sucia y última dosis administrada en los últimos cinco años: no es necesario dosis de refuerzo de vacuna.
  • Herida sucia y última dosis hace más de cinco años: dosis de refuerzo de vacuna e inmunoglobulina.

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