Diagnóstico de la traqueítis
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
El diagnóstico de la traqueítis es fundamentalmente clínico. Los síntomas típicos de tos metálica y profunda, fiebre y estridor, son muy sugerentes de traqueítis, sobre todo si previamente ha habido un cuadro respiratorio viral en otoño o invierno. Si se realiza una analítica de sangre, se puede detectar aumento o disminución de los glóbulos blancos y elevación de marcadores como la proteína C reactiva.
En los casos de traqueítis bacteriana se puede detectar un estrechamiento de la tráquea que se puede observar en una radiografía del cuello, aunque no es imprescindible hacerla. Si la obstrucción es grave puede aparecer afectación pulmonar apreciable en una radiografía de tórax en forma de edema (líquido en el pulmón), presencia de exceso de aire porque no puede salir por la tráquea obstruida, o atelectasias (zonas de pulmón colapsadas por la falta de aireación).
El diagnóstico definitivo de la traqueítis bacteriana requiere de la visualización de la tráquea inflamada por un procedimiento endoscópico: una broncoscopia. Consiste en introducir un tubo (por la boca o la nariz) con una cámara en su punta cuyas imágenes se visualizan en una pantalla. No siempre es necesario o posible (por la falta de medios) realizarla y, de hacerse, debe ser en un quirófano o en una unidad de cuidados intensivos.
La ventaja del procedimiento endoscópico es que además de realizar el diagnóstico de certeza se pueden recoger muestras para el cultivo bacteriano de las secreciones y las membranas que puede haber en la tráquea. Además, permite el lavado traqueal y la limpieza de las membranas, lo que resulta interesante en muchos casos como parte del tratamiento de la traqueítis.
Diagnóstico diferencial de la traqueitis
Hay otros procesos que pueden producir síntomas similares a los de una traqueítis bacteriana infantil, y con los que hay que realizar el diagnóstico diferencial para adecuar los medios diagnósticos y de tratamiento. Son cuadros como el angioedema, la epiglotitis, el crup (laringitis o laringotraqueítis viral), el absceso periamigdalino o retrofaríngeo, la neumonía bacteriana grave, la aspiración de un cuerpo extraño y la difteria.
Creado: 19 de octubre de 2018