Tripanosomiasis africana, la enfermedad del sueño
La tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño es una enfermedad parasitaria transmitida por la mosca tsetsé en muchos países del África subsahariana. Te contamos cómo puede contraerse y qué síntomas provoca.

Diagnóstico de la tripanosomiasis africana

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 29 de julio de 2022

Para el diagnóstico de la tripanosomiasis africana humana en primer lugar se debe sospechar su presencia en el caso de personas que presenten síntomas compatibles y que hayan estado en una zona endémica para esta infección. En el caso de las personas que han estado de viaje en estas zonas, como por ejemplo en expediciones de caza, esto es especialmente importante, pues los síntomas producidos por T. b. gambiense a veces aparecen incluso años después de la exposición y pueden ser tan inespecíficos como una psicosis.

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En cuanto a los datos de laboratorio, puede haber múltiples hallazgos como anemia de tipo hemolítica inmunomediada y también por alteración de la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. También son típicos el descenso del número de plaquetas y aumento de los glóbulos blancos. Otros hallazgos son el aumento de las gammaglobulinas, el descenso de la albúmina y del complemento, y el aumento de la velocidad de sedimentación globular y la proteína C reactiva.

En las personas que ya tiene afectación neurológica, en el líquido cefalorraquídeo –obtenido mediante punción lumbar– hay aumento de los glóbulos blancos y de las proteínas. A menudo se pueden observar al microscopio los parásitos presentes en el líquido cefalorraquídeo de las personas en la fase neurológica. A veces también aparecen inclusiones eosinofílicas en el líquido cefalorraquídeo, que se conocen como células morulares de Mott.

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Ni la clínica ni los datos de laboratorio (salvo la observación de parásitos en el líquido cefalorraquídeo) no son específicos de la tripanosomiasis africana, por lo que se debe realizar un diagnóstico microbiológico basado fundamentalmente en la demostración de la existencia del parásito en sangre u otros tejidos corporales. T. b. rhodesiense se encuentra con mayor facilidad en sangre porque suele estar presente en gran cantidad.

Para diagnosticar T. b. gambiense se suele realizar un examen al microscopio de un aspirado de un ganglio linfático posterior del cuello. Es más difícil detectarlo en sangre porque habitualmente su cantidad es menor que en las infecciones por T.b. rhodesiense. Se pueden realizar también estudios serológicos o de PCR, aunque aún están en fase más bien experimental y no están disponibles en la mayoría de los países.

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