Trombosis venosa
En ocasiones la sangre se coagula durante la circulación formando un trombo que impide la circulación sanguínea, y es entonces cuando se produce la trombosis venosa, un problema que se puede prevenir.

Síntomas y diagnóstico de la trombosis venosa

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Por: Dr. Pablo Rivas

Especialista en medicina interna

Actualizado: 11 de octubre de 2024

La trombosis venosa ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una vena, generalmente en las piernas, lo que puede obstruir el flujo sanguíneo. Los síntomas de la trombosis venosa dependen de si el trombo ha sucedido en una vena superficial o en una vena profunda. Además, su importancia y gravedad varían mucho en un caso u otro, y es importante diferenciarlas ya que sus consecuencias y el tratamiento pueden variar significativamente:

  • Trombosis venas superficiales

    Síntomas de las trombosis de venas superficiales

    La trombosis venosa superficial afecta a las venas que están más cerca de la superficie de la piel, a menudo en las piernas, pero también puede ocurrir en otras partes del cuerpo.

    En este caso los signos y síntomas son muy visibles y la persona que la sufre se da cuenta en seguida (por la localización de las venas en la superficie). Suele notarse en la piel como un cordón duro y doloroso a lo largo del trayecto de la vena afectada. Lo habitual es que aparezca también enrojecimiento y calor en el área alrededor de la vena trombosada, y que tenga un aspecto inflamado. Aunque en comparación con la trombosis venosa profunda, la hinchazón suele ser menos severa y se localiza a lo largo de la vena afectada.

    Las personas que sufrían varices antes de la trombosis, notarán que las varices aumentan de tamaño y temperatura, y duelen. Esto puede suceder también al infectarse las varices (flebitis), y en cualquier caso hay que acudir al médico.

    La trombosis venosa superficial es menos peligrosa que la trombosis venosa profunda en cuanto a la posibilidad de que el coágulo se desprenda y cause una embolia pulmonar, ya que las venas superficiales no están directamente conectadas al sistema venoso profundo que lleva la sangre al corazón y los pulmones.

  • Trombosis venas profundas

    Trombosis de venas profundas 

    La trombosis venosa profunda (TVP) afecta las venas más profundas, generalmente en las piernas, y es más grave debido al riesgo de que el coágulo se desplace a los pulmones y cause una embolia pulmonar.

    Puede pasar desapercibida hasta en la mitad de los casos, ya que provoca pocos o ningún síntoma en la piel. El síntoma más frecuente es dolor en la pantorrilla. Suele empeorar con la actividad física, como caminar o estar de pie. También puede aparecer calor y enrojecimiento difuso en la pantorrilla con una gran tumefacción (la pierna aparece muy dura). A menudo, la hinchazón es más severa y puede afectar a toda la pierna (o parte de ella), no solo la región cercana a la vena afectada. En ocasiones el estancamiento venoso es tan grande que la pierna se vuelve azulada por exceso de sangre venosa (flegmasia cerulea dolens), o incluso pálida porque la sangre arterial llega con dificultad (flegmasia alba dolens).

    El coágulo de una TVP puede desprenderse y viajar hacia los pulmones, lo que puede causar una embolia pulmonar potencialmente mortal. Esto se manifiesta con síntomas como dificultad para respirar repentina, dolor en el pecho, tos con sangre, y mareo.

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Cómo se puede detectar la trombosis venosa

Hay algunas pruebas diagnósticas que se pueden realizar en todos los hospitales, e incluso en algún centro de salud. Aun así, lo más útil para detectar una trombosis venosa sigue siendo la sospecha clínica y la exploración por parte de un médico. El objetivo principal es confirmar la presencia de un coágulo en las venas y, en el caso de una trombosis venosa profunda (TVP), evaluar el riesgo de complicaciones como una embolia pulmonar.

  • Eco-doppler: es la prueba más sencilla, más barata y más rápida para detectar trombos venosos, y, además, es muy eficaz. Consiste en realizar una ecografía que utiliza ondas de ultrasonido para detectar los flujos de sangre en las venas e identificar coágulos. Cuando no hay flujo porque un trombo corta el paso, se puede comprobar. pero puede ser menos precisa en las venas más pequeñas o en áreas más difíciles, como la pelvis.
  • Resonancia magnética venosa: nos permite realizar imágenes transversales de las piernas y observar si hay obstrucción de las venas. Es cara y tarda 20-30 minutos, por lo que no es la primera opción a elegir. Esta técnica se puede utilizar en casos donde la ecografía no es concluyente, o si se sospecha de trombosis en zonas difíciles de evaluar, como la pelvis.
  • Venografía: consiste en insertar un catéter a través de las venas de las piernas e introducir un contraste radiológico que “dibuje” las venas en una radiografía. Aunque es muy eficaz, es una prueba agresiva y a día de hoy casi no se utiliza. 
  • Dímero D (Análisis de sangre): es una prueba de laboratorio que mide la cantidad de fragmentos de fibrina (subproductos de los coágulos de sangre) en la sangre. Un nivel elevado de dímero D sugiere la presencia de un coágulo en el cuerpo, ya que el dímero D se libera cuando los coágulos de fibrina se descomponen. Un resultado negativo de dímero D puede excluir la presencia de una TVP o embolia pulmonar, pero un resultado positivo no confirma la trombosis, ya que también puede estar elevado en otras condiciones (infecciones, inflamación, traumatismos). Por lo tanto, se usa en combinación con otras pruebas.

  • Angio-TAC (Tomografía computarizada con contraste): esta técnica se utiliza principalmente cuando se sospecha una embolia pulmonar secundaria a una TVP. La angio-TAC permite visualizar los vasos pulmonares y detectar si hay un coágulo. Implica la inyección de un medio de contraste para visualizar las arterias pulmonares en una imagen tomográfica de alta resolución. Es la prueba de elección cuando se sospecha una embolia pulmonar. Aunque no se usa de rutina para TVP, sí se puede emplear si se sospechan coágulos en la pelvis o en las venas ilíacas, áreas difíciles de visualizar con ecografía.

  • Pruebas adicionales (si se sospecha de causas subyacentes): si el paciente tiene antecedentes de coágulos o si se sospecha de un trastorno de la coagulación, pueden realizarse pruebas específicas de coagulación para evaluar la tendencia a formar coágulos, como la prueba de factor V Leiden o la antitrombina III. Por otro lado, si hay antecedentes familiares de trombosis, se pueden realizar pruebas genéticas para detectar condiciones genéticas que predisponen a la trombosis, como la mutación del gen de la protrombina.

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