Uveítis
Las uveítis o inflamaciones de la úvea suelen estar asociadas a otra patología o producirse a consecuencia de una infección, aunque a veces no se conoce su causa. Te explicamos cómo reconocer y tratar esta afección.

Tipos de uveítis

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Hay dos tipos de uveítis, dependiendo de la zona de la úvea que se encuentre afectada. La inflamación puede ocurrir también en toda la úvea –lo que se conoce como panuveítis–, pero si se produce en uno de los dos segmentos, se distinguen dos tipos de uveítis: uveítis anterior y uveítis posterior. En ocasiones, a las uveítis posteriores se les llama erróneamente retinitis. También puede ser que la uveítis aparezca de forma aguda, súbita y con mucho dolor, o de forma crónica, poco a poco, dañando más la visión, y formando granulomas o cicatrices dentro del ojo.

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Uveítis posteriores: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Las uveítis posteriores suelen ser crónicas, y además la coroides está en contacto íntimo con la retina, por ello no aparece dolor con tanta frecuencia. Veamos sus síntomas característicos, cómo se diagnostican, y cuál es su tratamiento.

Síntomas de uveítis posterior

Los síntomas principales de las uveítis posteriores son visuales. Las personas que la padecen comienzan a ver miodesopsias -más conocidas como ‘moscas volantes’- en exceso, aunque se trata de un fenómeno que, puntualmente, también aparecen en ojos sanos. Otra característica que se puede apreciar en estos pacientes es que su agudeza visual disminuye, es decir, su capacidad de distinguir objetos o leer carteles a cierta distancia empeora.

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Diagnóstico de uveítis posterior

El oftalmólogo realizará un fondo de ojo, una técnica que permite ver el interior del ojo y la superficie de la retina a través de la pupila. En las uveítis posteriores se observará que el interior del ojo es turbio y la superficie retiniana está llena de manchas blancas y amarillas, todo ello producto de la inflamación y sus desechos. Además, hay inflamación de los vasos sanguíneos y alrededor de ellos (parecen estar envueltos en membranas). Esta inflamación de la coroides abomba además la retina y se facilita el desprendimiento de retina de tipo exudativo.

Una vez que se determina la presencia de una uveítis posterior, se debe realizar un diagnóstico etiológico, es decir, identificar la causa de esta inflamación, que en este caso suele deberse a una infección bacteriana, vírica o parasitaria.

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Tratamiento de la uveítis posterior

La base del tratamiento de las uveítis posteriores es eliminar la causa si se conoce. De forma secundaria, la inflamación se puede paliar utilizando corticoides o medicamentos que suprimen el sistema inmunológico (por ejemplo la ciclosporina).

Uveítis anteriores: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Las uveítis anteriores son con más frecuencia agudas. Veamos sus síntomas característicos, cómo se diagnostican, y cuál es su tratamiento.

Persona tocándose los ojos

Síntomas de la uveítis anterior

Los síntomas que caracterizan a las uveítis anteriores son el dolor y que el ojo está en situación defensiva: muchas lágrimas, fotofobia (rechazo a la luz) y blefaroespasmo (párpados cerrados con mucha fuerza). Esto hace que sea difícil explorar correctamente al paciente.

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Diagnóstico de la uveítis anterior

Cuando una persona presenta los síntomas descritos hay que observar el ojo desde fuera en busca de signos que nos orienten hacia una uveítis aguda, y para ello se utiliza la lámpara de hendidura. El ojo está rojo debido a la inyección ciliar, es decir, al aumento del flujo de sangre local. Pueden aparecer nódulos en la superficie o el borde del iris, que además siempre estará muy contraída, haciendo que la pupila sea muy pequeña. El iris de este modo está en íntimo contacto con el cristalino y la esclera, pudiendo fusionarse con ellos puntualmente a causa de la inflamación (sinequias). Tras la córnea pueden aparecer flotando en el humor acuoso células (fenómeno de Tyndall), que se pueden acumular en la zona más inferior, y provocar lo que se conoce como hipopion (acumulación de leucocitos y sustancias purulentas en la cámara anterior del ojo).

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Tratamiento de la uveítis anterior

El tratamiento de la uveítis anterior consistirá en disminuir el dolor y frenar la inflamación. La identificación del factor causante de la uveítis anterior no es tan importante como en las uveítis posteriores, ya que lo más frecuente es que la causa sea desconocida. Se utilizan midriáticos, fármacos que dilatan la pupila y evitan esa contracción sostenida del iris que causa la mayor parte del dolor; además, al dilatar la pupila, se evitan las sinequias. También se utilizan corticoides, tanto a nivel local como intravenosos. Nunca se deben utilizar anestésicos locales, ya que insensibilizan la córnea y ésta se daña al disminuir el parpadeo.

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