Síndrome de Tourette
El síndrome de Tourette es una forma grave y crónica de tics múltiples que se repiten irregularmente y aumentan con las situaciones de estrés, pudiendo causar problemas de adaptación social. Conoce sus causas, síntomas y abordaje.

Qué es el síndrome de Tourette

Por: Natalia Bermejo Rubio

Médico de Familia

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico (afecta al cerebro y los nervios) que empuja al que lo sufre a realizar movimientos y sonidos de forma involuntaria y sin un objetivo concreto, que se repiten irregularmente y aumentan con las situaciones de estrés. Se considera que la enfermedad de Gilles de la Tourette es una forma grave y crónica de tics múltiples.

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Los primeros síntomas del síndrome de Tourette suelen aparecer entre los siete y los diez años de edad, y su intensidad es muy variable, incluso en el mismo paciente, ya que puede haber periodos con muchos tics, que se repiten con frecuencia, y otros en que prácticamente desaparecen. Es habitual que los tics tiendan a empeorar entre los 10 y 14 años y que, a partir de los 16 años, tiendan a mejorar. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), afecta a un 0,3%-0,8% de la población menor de 18 años en España.

Los niños tienen más posibilidades que las niñas tanto de padecer la enfermedad, como de desarrollar síntomas. Los pacientes no pueden controlar los tics y, si lo intentan, esto puede incrementar sus niveles de estrés. Por el contrario, cuando están muy concentrados en una tarea a veces los tics pueden perder intensidad o no manifestarse mientras realizan esa actividad. 

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Los tics motores suelen ser el primer síntoma de este trastorno y afectan con mayor preferencia a las áreas de la cara, cuello, hombros.

Los tics pueden clasificarse como simples o complejos:

  • Tics simples: son movimientos breves e imprevistos que comprometen un número limitado de grupos musculares. Aunque suceden de forma aislada, con frecuencia se repiten. Algunos ejemplos son: parpadear, mover la cabeza, encogerse de hombros, arrugar el entrecejo, aspirar aire sonoramente por la nariz.
  • Tics complejos: se trata de movimientos coordinados y sucesivos que comprometen varios grupos musculares, como saltar, patalear, tocar y olfatear personas y objetos, coprolalia (uso involuntario de palabras obscenas, una conducta muy llamativa, pero que solo afecta a uno de cada 10 pacientes, aproximadamente), etcétera.

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Es importante destacar que no todas las personas con algún tipo de tic –ya sea por un breve periodo de tiempo, o de larga duración– tienen este síndrome, ya que para que se diagnostique deben presentar como mínimo dos tics motores diferentes y por lo menos un tic vocal, y que estos se hayan mantenido durante más de un año.

Cuando los pacientes alcanzan la edad adulta, los tics sólo se mantienen con la misma frecuencia e intensidad en el 5-10% de los casos, en aproximadamente el 50% de los pacientes los tics remiten y en el 40-45%, mejoran. 

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