Gafas para mayores: cómo acertar en su elección
Actualizado: 13 de diciembre de 2024
Tanto las gafas de ver como las de sol, además de ser un producto sanitario que nos permite ver correctamente cuando tenemos un problema visual y que protege nuestros ojos de la radiación solar y de agentes externos, se han convertido en un complemento de moda más. Sin embargo, cuando nos acercamos a una óptica para adquirir unas gafas nuevas debemos tener en cuenta diversos aspectos mucho más importantes que los estéticos, como el defecto refractivo que no nos permite ver correctamente, y el uso que les vamos a dar o bajo qué circunstancias. Si tienes más de 55 años te explicamos cuáles son los principales aspectos en los que te debes fijar a la hora de elegir tus nuevas gafas.
Por muchas ofertas que veas en las tiendas de ropa y de complementos o en Internet, el único establecimiento sanitario donde puedes adquirir unas gafas de ver o de sol que cumplan todos los requisitos de calidad y seguridad, y en el que además cuentes con el asesoramiento de un profesional sanitario, es la óptica.
Es cierto que en las farmacias también puedes encontrar gafas para adultos mayores que cumplen con los estándares sanitarios, pero son premontadas o pregraduadas, es decir, la graduación de la lente no se puede adaptar a un defecto refractivo concreto, sino que ya viene preestablecida para compensar lo que se conoce como vista cansada o presbicia. Este problema de visión se asocia con el envejecimiento, y aunque las gafas premontadas pueden compensar sus efectos, lo recomendable es usar unas gafas que hayan sido graduadas específicamente para nosotros, ya que es muy común que cada ojo necesite una compensación concreta. Los ópticos-optometristas no recomiendan usar las gafas premontadas como única opción porque, además de que no respetan la morfología de cada usuario, no permiten graduar la lente de forma individual, lo que suele provocar asimetrías y distorsiones. Estas características hacen que no estén indicadas para un uso diario, sino sólo para casos aislados en momentos puntuales.
Más cuidado aún hay que tener, sobre todo a estas edades, con las gafas que se venden en mercadillos, bazares y establecimientos comerciales, ya que sus lentes suelen ser de plástico y no cumplen los requisitos mínimos de calidad, por lo que en vez de proteger los ojos los dañan. Este hecho hay que tenerlo especialmente en cuenta con las gafas de sol, porque exponerse con este tipo de lentes a la radiación solar es incluso más peligroso que hacerlo sin ningún tipo de protección, ya que provocan una mayor dilatación de la pupila y, por tanto, que el ojo reciba más radiación dañina.
Lentes de diferentes materiales para mayores
Una vez que estamos en una óptica para adquirir nuestras gafas nuevas, el primer paso es comprobar cuáles son nuestras necesidades para elegir el tipo de lente adecuado. En el caso de que vayamos buscando unas gafas de ver, el óptico-optometrista tendrá que proceder a realizar un estudio visual para detectar y concretar el defecto refractivo que necesitamos corregir. A no ser que sea un problema muy específico, como los que engloba la categoría de “baja visión”, actualmente los diferentes materiales de lentes disponibles se pueden adaptar a la necesidad concreta de cada usuario, independientemente de su graduación, por lo que se deberán tener en cuenta otros aspectos, como el uso que le va a dar a las gafas, su edad, o su ritmo de vida.
En concreto, podemos encontrar estos tipos de materiales para nuestras lentes oftálmicas:
Lentes progresivas, una buena opción para mayores
Las personas que sufren presbicia, que coloquialmente se conoce como vista cansada y es un problema del que escapa muy poca gente una vez se superan los cuarenta años, pueden plantearse la opción de usar lentes progresivas. En ellas la graduación varía a lo largo de toda la superficie de la lente, situándose en la parte superior la graduación para la visión de lejos, la intermedia en la central, y de cerca en la inferior. Con este diseño el usuario es capaz de ver a cualquier distancia con unas únicas gafas, y con total comodidad gracias a las últimas tecnologías que se están utilizando para su diseño.
Además, con el objetivo de garantizar la rápida adaptación a estas lentes, ya disponemos de diferentes tipo de progresivas, unas más adecuadas para quienes presentan problemas acentuados en la visión de cerca, y otras para quienes las van a utilizar durante todo el día y cuya mayor dificultad es ver de lejos.
Tipos de monturas de gafas para mayores
De la misma forma que existen diferentes tipos de materiales para las lentes oftalmológicas, las monturas que las protegen y recubren también pueden elaborarse con diversos materiales. En este sentido, la moda marca mucho las gafas para la tercera edad que encontramos en la óptica, ya que cada temporada se llevan de una forma y material, pero independientemente de lo que sea tendencia, debemos conocer qué opciones tenemos, y cuál se adecua a nuestras necesidades en cuanto a comodidad, resistencia y presupuesto:
La forma de tu cara indica tu modelo de gafa
Como ocurre con la ropa, también hay modelos de gafas para la tercera edad que nos sientan mejor o peor dependiendo de nuestro físico, especialmente de la forma de nuestra cara. Aunque hasta que no nos las veamos puestas, no vamos a poder saber si realmente nos pegan y se adaptan a nuestros gustos estéticos, generalmente ciertos modelos son más adecuados para determinadas formas del rostro:
Creado: 2 de septiembre de 2015