Las personas que cuidan a un familiar con demencia suelen sufrir problemas físicos y psicológicos por la sobrecarga emocional y de trabajo. Ofrecemos consejos que pueden ayudar al cuidador a afrontar mejor esta situación.
Consejos para el cuidador de un familiar con demencia
Los cuidadores de personas con demencia se centran tanto en el bienestar de su ser querido que muchas veces se olvidan del suyo, una situación que tampoco es beneficiosa para el paciente, ya que el cuidador se encuentra más cansado, triste, desmotivado, nervioso, o con una actitud más apática, y esto no ayuda ni a la convivencia ni al cuidado del familiar.
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Un alto porcentaje de cuidadores de familiares con alzhéimer, párkinson, demencia vascular, etcétera, acaban teniendo problemas físicos, enfrentamientos y rupturas familiares, aislamiento social, dolor crónico, ansiedad, depresión, y sobrecarga emocional porque no saben gestionar la nueva situación; es lo que se conoce como síndrome del cuidador.
Para intentar evitarlo en la medida de lo posible el cuidador puede seguir las siguientes recomendaciones:
Infórmate sobre la enfermedad: tener conocimiento de lo que le pasa a tu ser querido te puede ayudar a afrontar su enfermedad con mayor seguridad; además, disponer de más información sobre el cuidado y los tratamientos puede simplificar la realización de algunas tareas que previamente te llevaban más tiempo y esfuerzo.
Acude a una asociación de pacientes: desgraciadamente hay muchas personas que se encuentran en la misma o similar situación a la de tu familiar, por lo que su experiencia puede resultar de gran ayuda a la hora de afrontar la convivencia con una persona con demencia. Hablar de lo que nos pasa y sentirnos comprendidos puede reducir la carga emocional y la frustración que en ocasiones se experimentan.
Informa a la familia y a las personas del entorno: aunque hayas asumido el cuidado de tu ser querido, no significa que el resto de familiares se desentiendan. Debes informarles del estado de salud del afectado, del progreso de la enfermedad y las alteraciones que va produciendo en el enfermo, y de las necesidades que ambos tenéis. De esta forma comprenderán mejor tu situación, cómo te sientes, y las consecuencias que puede originar convivir con una persona con demencia.
No te olvides de tu propia familia: debes tener mucho cuidado para no dejar al margen a tu pareja e hijos por centrarte al 100% en el cuidado de la persona con demencia. Es muy común que surjan discusiones, reproches y falta de comunicación por la sobrecarga física y emocional que experimentas. Por ello es fundamental mantener una buena comunicación con todos los miembros de la familia; incluso aunque tus hijos sean pequeños, explícales que por un tiempo vas a tener que prestar más atención al abuelo, por ejemplo, pero que no te vas a separar de su lado. Con la pareja también es fundamental hablar y expresar lo que uno siente, buscar momentos de intimidad para que la relación no se enfríe, agradecer y pedir perdón cuando sea conveniente, evitar discrepancias en temas que no tienen demasiada relevancia, y priorizar lo que es realmente importante para la pareja.
Cuida tus amistades: tus amigos de verdad van a entender y respetar tu situación actual, pero eso no significa que les dejes totalmente al margen de tu vida. Con ellos puedes hablar y desahogarte, pero también aprovecha los momentos en su compañía para despejarte y divertirte. Como seguramente no tengas mucho tiempo para quedar con ellos, coge el teléfono para llamarles o mandarles un wasap con cierta frecuencia.
Mantén tus horarios: no es fácil, pero debes intentar comer y dormir a la misma hora que lo hacías antes. Es una de las claves para mantenerte con fuerzas. Si te coinciden las horas, aprovecha para comer con la persona a la que cuidas.
Pide ayuda a tus familiares y amigos, pero también a profesionales, ya que existen recursos sociosanitarios que te pueden echar una mano en el día a día. Puedes informarte sobre la Ley de Dependencia y el derecho a recibir alguna prestación económica, y en lo que se refiere a la cartera de servicios, pide información en tu centro médico, en tu ayuntamiento, o en alguna asociación de pacientes, sobre la ayuda a domicilio, voluntariado, centros de día, e incluso un servicio de teleasistencia para esos momentos en los que la persona con demencia se queda sola en casa.