Beneficios de estudiar a partir de los 50 años
Actualizado: 8 de septiembre de 2023
Los especialistas coinciden en que mantenerse activo, física y mentalmente, resulta fundamental si queremos envejecer de una manera saludable. Está demostrado que el hecho de estudiar tiene beneficios para el cerebro tan positivos como prevenir y reducir el riesgo de depresión o el desarrollo de demencias. Pasados los 45-50 años, apuntarse a una universidad para mayores o estudiar online o por tu cuenta puede aportar numerosos beneficios:
- Entrena y rejuvenece tu mente: diversos estudios científicos han demostrado que ejercitar el cerebro previene o retrasa el deterioro cognitivo asociado a la edad. Los expertos recomiendan estudiar, aprender un nuevo idioma, o realizar actividades diferentes y desconocidas que supongan un esfuerzo y requieran atención. Hasta algo tan sencillo como utilizar la mano izquierda –o la derecha, si eres zurdo– para lavarte los dientes o cualquier otra actividad cotidiana sencilla, contribuye a mejorar la plasticidad cerebral.
- Amplia tus conocimientos: la capacidad de adquirir nuevos conocimientos se mantiene en los seres humanos durante toda su vida, siempre que no exista un problema físico que lo impida. Continuar aprendiendo en la etapa adulta no solo es posible, sino necesario, ya que estimula la memoria y otras funciones del cerebro, mejorando la capacidad analítica, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Además, el aprendizaje continuo enriquece tu mente y te permite adquirir nuevos conocimientos, habilidades y perspectivas, lo que puede enriquecer tu vida de muchas maneras.
- Mejorar tus habilidades laborales: por otro lado, si deseas seguir trabajando después de los 50 años, el estudio te permite actualizar y adquirir nuevas habilidades que pueden ser valiosas en el mercado laboral.
- Mantenerse activo e integrado: asistir a clase también te mantiene activo físicamente y te permite desterrar el sentimiento de soledad y la sensación de que eres prescindible para la sociedad, algo bastante frecuente a partir de cierta edad y que suele ser la antesala de una depresión.
- Enriquecimiento social: otro de los mayores beneficios de estudiar a una edad avanzada es el de mejorar nuestra capacidad para establecer nuevas y diferentes relaciones sociales, algo que resulta todo un desafío personal cuando tenemos como compañeros de clase a jóvenes a los que les duplicamos o triplicamos la edad. Además, la interacción entre personas de distintas generaciones es enriquecedora para todos; piensa que tú también tienes mucho que aportar a los demás.
- Aumento de la autoestima: superar desafíos académicos puede aumentar tu autoestima y confianza en ti mismo, lo que es beneficioso en todas las áreas de la vida. Aunque al principio puedas sentir inseguridad al enfrentarte a nuevos retos, cuando compruebes que eres capaz de conseguir lo que te has propuesto tu autoestima mejorará.
- Desarrollo personal: el estudio te brinda la oportunidad de crecimiento personal, ayudándote a descubrir nuevos intereses y pasiones, lo que puede darle un nuevo propósito a tu vida.
- Mayor adaptabilidad: además, actualizar tus conocimientos y estar informado de lo que sucede a tu alrededor favorece la integración en una sociedad en constante cambio. A medida que envejeces, la adaptabilidad se vuelve aún más importante. Estudiar te ayuda a mantenerte al tanto de los avances tecnológicos y las tendencias cambiantes en el mundo laboral.
Retiro más enriquecedor y satisfacción personal: si te acercas a la jubilación, el aprendizaje continuo puede enriquecer tus años de retiro, brindándote actividades significativas y oportunidades de voluntariado basadas en tus intereses recién adquiridos. Por supuesto, el logro académico a cualquier edad puede proporcionar una gran satisfacción personal y un sentido de logro, pero que quizá es más dificil de alcanzar ya a estas edades o con otras actividades.
Servir de inspiración para otros: tu decisión de estudiar a esta edad puede inspirar a otros, incluidos tus hijos y nietos, a valorar la educación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida, pero también a amigos o conocidos de tu entorno que necesiten un empujón o un espejo donde mirarse para arrancarse a estudiar a su edad.
Recuerda que nunca es demasiado tarde para aprender y crecer. Si tienes el deseo de estudiar después de los 50 años, hay muchas opciones disponibles, desde cursos en línea hasta programas de educación continua en instituciones locales. El aprendizaje a lo largo de toda la vida es una inversión valiosa en tu bienestar y en tu futuro.
Creado: 28 de julio de 2015