Abuelos canguro

La difícil conciliación de la vida familiar y laboral ha originado la figura de los abuelos canguro, quienes, a veces casi obligados, se ocupan del cuidado de sus nietos, a pesar de las limitaciones que pueden tener.
Unos abuelos juegan con su nieto

En la actualidad los abuelos son un pilar fundamental en la educación de sus nietos.

Por: Marina García

Periodista, experta en salud y tercera edad

Actualizado: 23 de mayo de 2024

¿Qué es un abuelo canguro?

“¿Con quién mejor que con sus abuelos?” Esta es la pregunta-afirmación de muchos padres que, por motivos de trabajo o económicos, toman la decisión de dejar a sus hijos bajo el cuidado de sus abuelos el tiempo que dura su jornada laboral. La situación de la sociedad actual favorece este hecho, ya que la necesidad de que los dos miembros de la pareja trabajen, el breve periodo de baja maternal, la incompatibilidad de los horarios laborales y los escolares, y los justos recursos económicos de muchas familias, convierten las casas de los abuelos en recurrentes guarderías, y a ellos en “abuelos canguros” más tiempo del recomendable.

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Aunque la figura de los abuelos siempre ha sido importante dentro del núcleo familiar, y especialmente durante el desarrollo de los pequeños, lo cierto es que las tareas de los adultos mayores se centraban en mimar, proteger y consolar a los nietos; se tomaban estas licencias que como padres no pudieron permitirse con tanta libertad.

Sin embargo, hoy en día los abuelos han adquirido más protagonismo, ayudando más que nunca a los padres con la crianza y el cuidado diario de los niños, y son un pilar fundamental en la educación de los niños. ¿La razón? Pasan mucho más tiempo con sus nietos que hace unos años, lo que les obliga a retomar el papel de padres que ya habían dejado atrás.

Causas de la aparición de cada vez más abuelos canguro

Los motivos de este nuevo rol son varios. Por un lado, son pocas las familias que se pueden permitir que solo uno de los dos miembros de la pareja trabaje, por lo que hasta que los niños no tienen edad para quedarse solos, o durante sus vacaciones, es necesario que un adulto esté con ellos. Ante esta situación se acude a una guardería, pero ¿qué pasa cuando la economía familiar no es lo suficientemente sólida para contratar este servicio? Las guarderías públicas suelen ser más asequibles que las privadas, pero no siempre disponen de las suficientes plazas que se necesitan en un barrio o su horario no coincide con el del trabajo de los padres, por lo que pueden quedar unas horas sueltas en las que obligatoriamente hay que reclamar la ayuda de un adulto de confianza.

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Por otro lado, son muchos los padres que se resisten a dejar en una guardería a sus bebés de menos de seis meses de edad, si no son más pequeños, cuando se cumple la baja maternal, o bien se prefiere no dejar al bebé en ella por cuestiones sanitarias (COVID-19). Se sienten más seguros si su recién nacido se queda en su propia casa y son los abuelos los que acuden a ella para cuidarle.

Abuelos canguro

Abuelos más sanos y activos

Otra de las principales causas por la que los abuelos se han convertido en los principales cuidadores de los nietos es que se encuentran con mejor salud, forma física y muestran una mentalidad más abierta en comparación con los mayores de generaciones pasadas. Hoy en día es normal que una persona de 65-70 años se mantenga activa y sin padecer una enfermedad grave, por lo que cumplen todos los requisitos para que los padres quieran dejar a sus hijos bajo su custodia, pero, ¿realmente una persona de esta edad puede seguir el ritmo de un niño en pleno desarrollo, o puede realizar con plenas facultades todas las tareas que reclama un bebé?

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A veces, también tendemos a olvidar que nuestros mayores también tienen que disfrutar de su tiempo y sus rutinas (su casa, sus cursos, sus viajes…) y les sobrecargamos casi sin preguntarles. Desde algunos foros, como la Fundación Madrina, se ha pedido incluso que esta labor sea reconocida económicamente con un “salario base de cuidador” por el Estado tal y como ocurre en algunos países europeos, como Portugal, Italia o Alemania.

En cualquier caso, es importante aprender a regular bien los tiempos que ocupamos a los abuelos con los nietos, teniendo en cuenta su opinión, cualidades y necesidades. 

Una abuela ayuda a su nieto a hacer los deberes
El exceso de tareas que supone encargarse de los nietos puede causar estrés físico y mental en los abuelos.

Abuelos sobrecargados de obligaciones: el síndrome del abuelo esclavo

Sería aventurado afirmar que todos los abuelos se prestan voluntarios para ejercer de babysitter de sus nietos, pero sí es cierto que la mayoría de ellos están encantados y no ponen ningún impedimento, ya que, además de hacerles un favor a sus hijos, pueden pasar más tiempo con sus nietos, lo que les aporta vitalidad, están entretenidos y acompañados, y se sienten útiles.

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Esta idea, de primeras, puede resultar muy atrayente para los mayores de la familia, pero la nueva tarea adquirida no resulta fácil, ni siquiera para alguien con tanta experiencia como ellos. Los nuevos abuelos canguros se deben enfrentar a una generación de niños con una larga lista de deberes, con diferentes clases extraescolares, e inmersos en el mundo digital, a lo que hay que sumarle las tareas básicas de alimentación, higiene, y desplazamientos al colegio, centros deportivos, casas de amigos, etcétera.

Y si se trata de un bebé requiere atención constante, agilidad y fuerza para acunarle, cambiarle el pañal o acompañarle en sus primeros pasos y caídas, tareas que no son fáciles ni para quienes tienen 30 años menos.

Esta suma de obligaciones pueden llegar a sobrepasar a los abuelos, y lo que al principio era un deseo se convierte en una carga de la que no saben escapar. Sabiendo que sus hijos necesitan de su ayuda, no resulta nada fácil decirles que no pueden hacerse cargo de sus nietos, por lo que al cansancio físico y mental que llegan a sentir muchos abuelos, hay que sumarle el sentimiento de culpa por no poder cumplir el favor al que se habían comprometido.

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Sin embargo, también hay abuelos que, a pesar de que pueden asumir todas estas tareas sin que sea un gran problema, la situación se convierte estresante y agobiante para ellos porque, estando ya jubilados, les gustaría dedicar su tiempo a otras actividades a las que tuvieron que renunciar durante su etapa laboral y, ahora que podrían disfrutarlas, de nuevo las tienen que dejar a un lado porque les ha surgido una nueva obligación, cuidar de sus nietos.

Síntomas y consecuencias del síndrome del abuelo esclavo

Si la situación de sobrecarga, cansancio físico y mental, agobio, estrés y sentimiento de culpa no se reduce, el abuelo puede llegar a sufrir lo que ya se ha denominado como ‘síndrome de abuelo esclavo’, una expresión que se refiere a la situación en la que los abuelos asumen una carga excesiva de responsabilidades y tareas relacionadas con el cuidado de sus nietos, hasta el punto de sentirse abrumados, exhaustos y en algunos casos, explotados, cuando se les pide que cuiden de ellos de manera frecuente y prolongada, a menudo sin suficiente reconocimiento o apoyo.

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Los gerontólogos explican que este síndrome surge cuando el mayor no disfruta de la situación porque se ha convertido en una obligación, pero no es capaz de decírselo a sus hijos por miedo a defraudarles y a ocasionarles problemas, lo que incrementa su malestar pudiendo llegar a afectar a su estado mental, y a la larga perjudicar la relación familiar. 

Así pues, ls síntomas y consecuencias del síndrome del abuelo esclavo pueden incluir:

  • Estrés y agotamiento: los abuelos pueden sentirse física y emocionalmente agotados por las demandas constantes de cuidado y atención.
  • Problemas de salud: el estrés y la fatiga pueden contribuir a problemas de salud física y mental.
  • Pérdida de tiempo personal: los abuelos pueden tener poco tiempo para sus propias actividades, intereses y necesidades.
  • Conflictos familiares: puede surgir tensión entre los abuelos y los padres de los niños si hay expectativas no realistas o falta de apreciación.
  • Sentimiento de obligación: algunos abuelos pueden sentirse culpables o presionados para asumir el rol de cuidadores a pesar de no estar completamente dispuestos.

Para evitarlo, es fundamental que se establezca una comunicación clara, directa y un respeto mutuo entre padres e hijos para que haya la suficiente confianza que les permita expresar lo que sienten en cada momento, sin que la otra parte se lo tome mal. Algo que puede ayudar a conseguir esto es que desde el principio se establezcan las funciones que cada uno va a realizar, en qué condiciones y dejando claro que no existen obligaciones preestablecidas.

Además, por parte de los hijos conviene en la medida d elo posible buscar alternativas adicionales de cuidado infantil para no depender exclusivamente de los abuelos y, cómo no, apreciar y reconocer el apoyo de los abuelos, sin darlo por hecho.

Abuela canguro con su nieta
Por cuidar de sus nietos, algunas abuelas dejan a un lado su vida matrimonial, o abarcan demasiadas tareas que pueden minar su salud.

Abuelos canguros, pero con sus condiciones: la necesidad de poner límites

Aunque la situación no sea fácil, cuando los hijos dejan a los abuelos como canguros al cuidado de los nietos, deben ser conscientes de que sus padres tienen su propia vida, de que son mayores, y de que el cuidado de unos niños es duro, por lo que deben ser justos con la petición de “favores”. Muchos piensan que les están haciendo un favor porque con sus nietos se mantienen entretenidos y activos pero, aunque así lo fuera, la clave para que nadie lo pase mal en esta situación es que sean los propios abuelos quienes pidan realizar la tarea de cuidadores de forma voluntaria, el tiempo que quieran y bajo las situaciones que les resulten cómodas, poniendo límites o condiciones si fuera necesario.

Los especialistas en el tema, como es José de las Heras Gayo, sociólogo y coordinador del programa Madurez Vital, de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma), coinciden en señalar que los abuelos deben estar para echar una mano, pero no convertirse en la única solución de la familia, o por lo menos que lo sean solo si hay una necesidad concreta durante un periodo establecido.

Los mayores deben disponer de su tiempo para viajar, quedar con sus amigos, acudir a sus citas con el médico, descansar y, por supuesto, disfrutar de sus nietos plenamente. Y es que, si ellos no se encuentran bien, difícilmente podrán cuidar de los pequeños de la casa en buenas condiciones.

Especial cuidado con las abuelas

También es importante tener en cuenta la propia relación de pareja de los abuelos. En el caso de que los dos vivan, la tarea de cuidadores no debe convertirse en un punto de discusión o de división. Sin embargo, se dan muchos casos en los que uno de los miembros, especialmente la abuela, se implica demasiado en la tarea de cuidar a sus nietos, dejando a un lado su vida matrimonial; o en el caso contrario, queriendo abarcar multitud de tareas que le llevan al cansancio y al desgaste.

Esto le suele ocurrir a las cabezas de familia, que siempre han sido muy protectoras con sus hijos, perfeccionistas y responsables, y necesitan controlar todo aquello que tienen a su alrededor, quieren seguir siendo las madres, incluso de sus nietos, cuando ese rol ya no le pertenece. Por lo tanto, los hijos deben tener especial cuidado en no extralimitarse con las peticiones a este tipo de perfiles.

Un abuelo juega con su nieto
Procura realizar actividades con tu nieto que también te agraden a ti; hacer solo lo que al niño le gusta puede resultar aburrido o agotador.

Decálogo de consejos para el ‘abuelo canguro’

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, siendo consciente del papel protagonista que está adquiriendo la figura del ‘abuelo canguro’ en la actualidad, ha establecido un decálogo de consejos dirigido a los mayores para que el cuidado de sus nietos no derive en un estado de ansiedad, estrés, o incluso de depresión, con la sobrecarga de tareas o el sentimiento de culpa que les puede surgir:

  1. Realiza sólo las tareas que puedas: el tiempo que estás con tu nieto debe ser agradable y placentero, debes disfrutarlo y no dejar que se convierta en momentos de agobio o estrés. No te obligues a nada, realmente solo estás echando una mano a tu familia.

  2. Puedes negarte a realizar algunas tareas: tus hijos van a entender perfectamente que no puedes realizar ciertas labores, por lo que no tengas miedo a decirles “no puedo”. Lo mismo ocurre si ya tenías otro plan para el día que te piden que cuides a tus nietos, deben ser conscientes de que haces tu vida al margen de la suya.

  3. Para cuidar a tus nietos, primero debes cuidarte tú: para ello, no te sobrecargues con tareas que te agotan o estresan, y no dejes pasar tus citas con el médico y el correcto seguimiento de tu tratamiento. Y, por supuesto, descansa el tiempo que necesites.

  4. Si algo te preocupa, díselo a tus hijos: aunque lo adecuado es establecer unas “condiciones” desde el principio, si alguna situación no la puedes controlar, o te sientes mal, debes decírselo con total confianza a tus hijos.

  5. No renuncies a tu vida: si te has comprometido a cuidar a tus nietos, debes hacerlo pensando en que también tienes que disponer de tiempo para ti, para seguir con tus hobbies y para descansar. Tenlo en cuenta antes de comprometerte con otras tareas.

  6. Mens sana in corpore sano: sigue leyendo, estudia un idioma, cuida tu alimentación, haz ejercicio físico…; es fundamental sentirse bien física y mentalmente para dar lo mejor de ti a tus nietos. Ellos y tu organismo te lo agradecerán.

  7. El tiempo pasa para todos: aunque estés muy en forma y te cuides, debes ser consciente que los años pesan a todo el mundo, por lo que es normal que ciertas tareas te resulten más difíciles de realizar que hace unos años, pero no te frustres por ello y pide ayuda, incluso a tus nietos si ya tienen edad para hacerlo, será una forma de que estéis aún más unidos.

  8. Diviértete con tu nieto: piensa en realizar actividades con él que también te agraden a ti, como puede ser dar un paseo, ir a la piscina, o jugar al ajedrez; centrase en hacer sólo lo que al pequeño le gusta puede ser aburrido o agotador para ti.

  9. Muestra tu autoridad: a muchos abuelos les cuesta no mimar a sus nietos, y se dejan llevar por ellos, lo que acaba siendo un descontrol. Mostrar algo de autoridad no significa que vayáis a tener una mala relación, así que no tengas miedo a imponerle algunas normas.

  10. Saca lo mejor de la relación con tu nieto: compartir momentos y experiencias con él debe resultar gratificante y tienes que sentirte afortunado por ello, así que poténcialo y quédate con todo lo positivo de vuestra relación.

Creado: 12 de junio de 2015

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