El ejercicio físico retrasa el envejecimiento del cerebro

Realizar ejercicio durante la vida adulta puede reducir y retrasar la pérdida de volumen cerebral asociada al envejecimiento y prevenir el desarrollo de demencias, según confirma una nueva investigación.
Un hombre mayor en el gimnasio

Al practicar ejercicio se liberan unas sustancias denominadas factores neurotróficos que son beneficiosas para el cerebro porque intervienen en la neuroregeneración.

Los adultos que realizan ejercicio pueden retrasar la pérdida del volumen cerebral asociada al envejecimiento, según ha revelado una investigación en la que se analizó a 1.271 personas, y cuyos resultados se han presentado en una reunión de la American Heart Association.

El envejecimiento causa una pérdida de tejido cerebral, pero se ha demostrado que el ejercicio físico previene el desarrollo de demencias y puede reducir y retrasar el deterioro cognitivo

Cuando los participantes tenían 41 años de edad de media se comprobó su forma física, y cuando tenían alrededor de 60 años se les realizó una resonancia magnética del cerebro y un test cognitivo. Se comprobó de esta forma que los individuos con peor forma física presentaban niveles de tensión arterial y de frecuencia cardiaca más elevados cuando hacían ejercicio físico, y tenían, además, menos tejido cerebral.

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Estudios previos ya habían relacionado una buena forma física y el entrenamiento con una mejor salud cerebral, pero el nuevo trabajo se centra en la influencia que tiene en esto la presión sanguínea. Así, las personas que no se mantienen físicamente activas tienen una mala respuesta al ejercicio físico y sufren un aumento exagerado de la tensión y la frecuencia cardiaca, lo que puede deteriorar los pequeños vasos sanguíneos del cerebro y hacer que no llegue suficiente sangre a este órgano y, a consecuencia de ello, se produzca una pérdida de volumen cerebral.

Aunque el envejecimiento del cerebro es inevitable con el paso de los años, y origina una pérdida de tejido cerebral, se ha demostrado que el ejercicio físico previene el desarrollo de demencias, y puede reducir y retrasar el deterioro cognitivo; de hecho, al practicar ejercicio se liberan unas sustancias denominadas factores neurotróficos que son beneficiosas para el cerebro porque intervienen en la neuroregeneración.

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Actualizado: 31 de julio de 2017

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