Baño adaptado a las personas mayores: cambios a realizar
El baño es la estancia de la casa donde más caídas se producen en personas mayores, y una mala accesibilidad puede dar lugar a la falta de higiene. Te explicamos cómo debes reformarlo o adaptarlo para evitar accidentes.
Cómo se debe adaptar el baño para una persona mayor
Cómo adaptar el baño de una persona mayor: qué tener en cuenta
La adaptación del baño dependerá de las características y necesidades de la persona mayor que lo vaya a utilizar. No es lo mismo para alguien que necesita usar siempre unas muletas que para alguien que solo presenta una pequeña reducción de movilidad. En cualquier caso, es importante ponerse en contacto con especialistas en el tema. Un terapeuta ocupacional puede indicar lo que es más adecuado para cada caso, haciendo una valoración de la persona y del espacio del que dispone, y teniendo en cuenta también las necesidades futuras. Algunas de los factores que valorará son:
La edad y estado físico general.
Padecimiento de alguna enfermedad crónica, reumática, o degenerativa.
Su actual grado de dependencia.
Si vive solo o acompañado.
Utilización de elementos de ayuda o apoyo.
Características del baño actual y de la vivienda, y si dispone de otro aseo.
Situación económica de la persona.
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Partiendo de estos factores, el terapeuta ocupacional podrá indicar cambios a diferentes niveles, unos más generales relacionados con el material de la superficie del suelo, la iluminación y dimensiones; y otros más concretos, dirigidos a las necesidades específicas del adulto mayor, que pueden centrarse en las características del inodoro, la bañera, la ducha, o el lavabo.
Es importante destacar que incluso aunque el adulto mayor esté sano y en buena forma física, es conveniente que el baño cumpla unos requisitos y características que lo conviertan en una estancia segura, porque a medida que la persona envejece pierde facultades y puede sufrir algún problema de salud o cognitivo que dificulte sus movimientos o su normal desempeño. Por esto, cuanto antes se acometa la reforma, mejor, porque así se evitarán posibles accidentes.
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Cambios generales para adaptar el baño de la persona mayor
Entre los cambios generales que se deberían hacer en el cuarto de baño de cualquier persona mayor para evitar caídas y otros accidentes son:
Eliminar escalones y cualquier obstáculo del suelo.
Cambiar la bañera por una ducha amplia, que esté al nivel del suelo. Lo ideal es aprovechar el mismo espacio que tenía la bañera para que sea una estancia amplia y, en el caso de que sea necesario, puedan entrar dos personas, una silla de ruedas, o colocar un asiento. Se debe usar una alfombrilla antideslizante.
Asegurarse de que en el baño hay una buena iluminación y si no es así, cambiar el sistema o reforzarlo. Los apliques downlight o fluorescentes de bajo consumo y de luz blanca, son una buena opción.
Si no es el actual, cambiar el suelo por uno de material antideslizante; los cerámicos con rugosidades presentan la ventaja de que evitan la acumulación de agua y tienen mejor agarre.
Dar amplitud al baño, si es necesario retirando algún mueble, o ganando espacio quitándoselo al pasillo de la casa o a otra habitación, o cambiando la distribución de los elementos de aseo.
Comprobar que los mecanismos de la grifería y de la electricidad son accesibles y se pueden usar fácilmente. La persona no debe tener problemas para regular la temperatura del agua, ni para abrir o cerrar los mecanismos de la grifería. El resto de accesorios del baño, como el toallero o el espejo, también deben colocarse a la altura adecuada.
Incluir elementos de diferentes colores para que a la persona le sea más fácil diferenciarlos y orientarse en el baño, especialmente si su capacidad visual es reducida.
La puerta debe poder abrirse desde el exterior para que cualquier persona pueda acceder si sucede algo.
Colocar algún sistema de alarma o llamada por si la persona está sola y tiene algún problema en el baño.
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Claves para adaptar el baño a las necesidades específicas de la persona mayor
Para casos específicos el terapeuta ocupacional valorará cuáles son las necesidades de la persona mayor, así como los cambios que debe hacer en el cuarto de baño. Aunque depende de cada uno, este tipo de reformas suelen ser las que más se realizan:
Agrandar la entrada del cuarto de baño para que se pueda acceder con una silla de ruedas o andador. Para la silla de ruedas es necesario que la puerta tenga una anchura mínima de 80 centímetros.
Colocar barras de apoyo, tanto en la ducha, como en el inodoro y el lavabo. En la ducha debe colocarse en diagonal, en el centro del habitáculo, y a una altura de un metro aproximadamente. En el inodoro lo ideal es que sea abatible, para que no quite espacio cuando no se esté utilizando; mientras que en el lavabo se debe colocar un poco más bajo que la altura de su superficie, para que se pueda usar estando de pie o para levantarse en frente del lavabo y garantizar la estabilidad.
Aunque puede ser una alternativa válida para cualquier persona mayor, para quienes tengan problemas para estar de pie es fundamental instalar un asiento fijo en la ducha.
El lavabo debe estar en suspensión, y a una altura de unos 70 centímetros del suelo, para que lo puedan usar las personas que van en silla de ruedas o no se pueden mantener de pie el tiempo necesario para asearse.
Para las personas que tienen dificultades para sentarse y levantarse del inodoro, o son transferidos desde una silla de ruedas, se deberá elevar el inodoro con unas alzas, o cambiarlo por uno en suspensión, que garantice el movimiento seguro y permita al mayor llegar con los pies al suelo mientras lo utiliza. La altura adecuada es entre 45 y 47 centímetros del nivel del suelo. También es conveniente incorporar al inodoro un sistema de lavado para que el aseo sea más cómodo, y así se puede quitar el bidé para ganar espacio.