Agitación en mayores: causas y cómo actuar
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
La agitación es un trastorno que se caracteriza por un comportamiento poco común de la persona afectada, que puede ir desde una simple desorientación, hasta conductas violentas, y que afecta con más frecuencia a las personas mayores y ancianos. Se suele considerar como un síntoma de alzhéimer o de otro tipo de demencia, de diferentes problemas psiquiátricos, o de delirium, pero lo cierto es que también pueden presentarlo individuos que no padecen ninguna de estas patologías.
Causas por las que surge la agitación en personas mayores
La Dra. Neus Gual, especialista en delirium y coordinadora del Grupo de Trabajo de Delirium de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) indica que la agitación es un síntoma, igual que lo son la fiebre o el dolor, y por tanto en la mayoría de los casos deriva de otro problema de salud o enfermedad. “A menudo esta agitación se incluye dentro de un síndrome que llamamos delirium o síndrome confusional agudo, y que es especialmente frecuente entre personas mayores”, indica.
La experta explica que los motivos por los que puede aparecer son muy dispares, así, “a pesar de ser un síntoma neurológico, esta agitación puede surgir por diferentes causas, desde simples infecciones de orina, a ictus, infartos de miocardio, o intervenciones quirúrgicas, entre otras”.
Como indica la especialista, la agitación puede surgir a cualquier edad pero “es más frecuente entre las personas de la tercera edad porque son quienes presentan una mayor fragilidad cognitiva y, por lo tanto, ante situaciones de estrés el cerebro puede fallar, apareciendo la agitación”.
Entre las causas más frecuentes por las que aparece la agitación se encuentran:
- Tener alguna enfermedad psiquiátrica o neurológica, como son la demencia, el alzhéimer, o el párkinson.
- Presentar otro trastorno como diarrea, infección urinaria o respiratoria, problemas de visión, o dolor crónico, entre otros.
- Vivir una situación de estrés, como una hospitalización, la muerte de un familiar, cambio de entorno, etcétera.
- La toma de ciertos medicamentos.
Como dato a resaltar, la Dra. Neus Gual indica que se calcula que aproximadamente el 30% de las personas mayores de 70 años hospitalizadas sufren delirium y, como consecuencia de ello, agitación, y que este porcentaje se incrementa hasta el 50% en los mayores ingresados en unidades quirúrgicas.
Síntomas de agitación en adultos mayores
De la misma forma que existen diferentes causas por las que puede aparecer la agitación, se pueden dar diferentes síntomas y comportamientos en el mayor derivados del trastorno:
La Dra. Neus Gual indica que incluso pueden fluctuar a lo largo del día: “Normalmente la persona está confundida y desorientada, no sabe dónde está, el día que es, y puede que ni reconozca a los familiares. Le cuesta mantener la atención, y a menudo presenta alucinaciones (ven un bicho en la habitación, ven personas que no están, etcétera) e ideas delirantes (pensar que les han secuestrado o que les quieren hacer daño, por ejemplo)”.
Esta situación incluso puede ser peligrosa para la salud del mayor, ya que si está ingresado o debe seguir un tratamiento farmacológico puede llegar a quitase el oxígeno, quitarse las vías endovenosas, tirar los fármacos, etcétera. También pueden llegar al punto de insultar, y ponerse agresivos, por lo que pueden poner en riesgo su integridad física y la de las personas de su entorno. La especialista en delirium indica que estos comportamientos más radicales suelen surgir con más frecuencia por la tarde o noche.
Cómo actuar ante un episodio de agitación
No existe un tratamiento como tal para prevenir o frenar la agitación de inmediato. En casos especialmente difíciles de controlar se puede recurrir a administrar medicación al anciano que le ayude a relajarse (ya sea un antipsicótico o un ansiolítico). Cuando se produce uno de estos episodios lo que puedes hacer es:
- Calmar a la persona e intentar que se relaje. La única opción posible es intentar calmar a la persona, hablar con ella sin gritos ni órdenes, escucharla, y ayudarla a que se sitúe si se encuentra desorientada. También se le puede ofrecer comida o bebida, y hacerle alguna promesa fácil de cumplir que la pueda relajar.
- Evitar enfrentamientos. Si ha adoptado una actitud violenta, se debe evitar mirarla fijamente, tocarla, realizar movimientos repentinos, o cogerla por detrás, siendo importante hablarle de forma pausada haciéndole ver que se puede hacer daño. En la medida de lo posible hay que evitar la palabra “tranquilo/a” porque le puede alterar más.
Medidas de prevención no farmacológicas de la agitación
Para adelantarnos a esta situación se pueden seguir unas medidas de prevención no farmacológicas, ya que según la doctora miembro de la SEGG: “Sabemos que la aplicación de estas medidas no farmacológicas ayudan a prevenir y también a manejar el episodio cuando aparece y son las actuaciones que han demostrado mejores resultados”. Algunas de ellas son:
Creado: 3 de septiembre de 2021