Qué es un marcapasos y cuándo es necesario implantarlo
Actualizado: 16 de junio de 2023
Allá por 1958, el cirujano sueco Ake Senning realizó en el Instituto Karolinska –situado a las afueras de Estocolmo–, la primera implantación de un marcapasos interno en un ser humano. Sin embargo, los primeros pasos que dieron lugar al desarrollo de este dispositivo tan empleado en medicina comenzaron a finales del siglo XIX, y los investigadores todavía siguen trabajando para perfeccionar, día a día, su funcionalidad.
¿Qué es un marcapasos?
Un marcapasos es un pequeño aparato que, gracias a una serie de impulsos eléctricos, ayuda al corazón a mantener un ritmo de latidos constante y adecuado en personas con trastornos del ritmo cardíaco, también conocidos como arritmias. Gracias a ello, el paciente portador de uno de estos dispositivos puede recuperar su vida prácticamente al mismo nivel que antes de ser detectada su dolencia cardiaca.
Este pequeño dispositivo médico electrónico cuenta con un generador de impulsos eléctricos y uno o dos cables con sus correspondientes electrodos, que se implanta en el cuerpo y envía señales eléctricas al corazón para regular su actividad eléctrica. Dentro del generador hay un chip que es el encargado de percibir el ritmo de los latidos y enviar impulsos artificiales, si es necesario, para mantener el ritmo cardíaco normal.
Tipos de marcapasos
El tipo de marcapasos requerido por un paciente dependerá de varios factores, incluyendo el tipo de arritmia y las necesidades individuales del afectado. La selección y colocación del marcapasos se realiza en última instancia por parte de un médico especialista en cardiología y electrofisiología cardíaca. Por lo general, los marcapasos son de dos tipos: permanentes o temporales. Los primeros se implantan debajo de la piel del paciente, mientras que los segundos pueden implantarse, a su vez, de dos formas distintas: bien colocando los electrodos en una vena central hasta contactar con el endocardio (marcapasos intravenoso o endocavitario), o bien situando los electrodos sobre la piel del paciente, uno en el tórax y el otro en la espalda (marcapasos transcutáneo).
En ambos casos, tras la implantación del marcapasos, el paciente recibirá una tarjeta que le identifique como portador de uno de estos dispositivos, y que siempre deberá llevar consigo. Esta tarjeta contiene información técnica del marcapasos, su modelo, su modo de funcionamiento y las fechas de revisión técnica del mismo; habitualmente, el único cambio que habrá que hacer en el marcapasos es sustituir la batería, una operación que se realizará bajo anestesia local, y normalmente con una periodicidad que oscila entre seis y diez años, dependiendo del uso que se le esté dando al generador eléctrico.
Algunos de los tipos más comunes de marcapasos son:
- Marcapasos de una cámara (unicamerales): este tipo de marcapasos tiene un solo electrodo que se coloca en una cámara del corazón, ya sea en la aurícula derecha o, por lo general, en el ventrículo derecho. Se utiliza cuando solo es necesario estimular una cámara del corazón.
- Marcapasos de doble cámaras (bicamerales): estos marcapasos tienen dos electrodos, uno colocado en la aurícula derecha y otro en el ventrículo derecho. Permiten una estimulación secuencial de las dos cámaras, lo que puede mejorar la sincronización del ritmo cardíaco.
- Marcapasos biventricular o tricamerales (resincronizador cardíaco): también conocido como terapia de resincronización cardíaca, este tipo de marcapasos tiene tres electrodos, uno en la aurícula derecha, otro en el ventrículo derecho y un tercer electrodo en una vena del lado izquierdo del corazón. Se utiliza en casos de insuficiencia cardíaca para mejorar la sincronización de las contracciones del corazón.
Poco a poco, estos dispositivos van modernizándose, surgiendo así los marcapasos sin cables, que realizan las mismas funciones que los dispositivos tradicionales pero prescinden de cables, por lo que se implantan de manera rápida y más sencilla a través de un catéter en la femoral, y se reducen riesgos. También existen marcapasos programables que permiten ajustar parámetros específicos según las necesidades del paciente, como la frecuencia cardíaca y la respuesta a la actividad física.
Cuándo es necesario implantar un marcapasos
Una de las afecciones que suelen indicar la necesidad de implantar un marcapasos es la bradicardia, que consiste en la disminución de la frecuencia cardiaca del paciente, y que además puede ir acompañada de ciertos síntomas como una angina de pecho, una insuficiencia cardiaca, o una pérdida de conocimiento a consecuencia de un síncope.
Es el nódulo sinusal el encargado de producir el número adecuado de latidos por minuto. Sin embargo, cuando éste falla y se produce el denominado ‘síndrome del seno enfermo’, la solución más corriente es colocar un marcapasos al paciente.
Otra enfermedad habitual que suele precisar la implantación de uno de estos dispositivos es cuando existe un fallo en la conducción de los impulsos eléctricos producidos en el nódulo sinusal al músculo cardíaco. En este caso hay que analizar el grado de dicho fallo, y si va acompañado de cierta sintomatología, y tras diversas pruebas, el especialista determinará si un marcapasos puede ser la solución para este problema de la conducción eléctrica.
También es posible que sea necesario implantar un marcapasos cuando la frecuencia cardiaca es demasiado alta y no se puede reducir con medicación. Sin embargo, este supuesto es mucho menos común.
Creado: 21 de agosto de 2015