Diagnóstico de la demencia vascular
Actualizado: 28 de junio de 2022
En el diagnóstico de la demencia vascular se distinguen dos fases: en primer lugar determinar la existencia de la demencia o trastorno cognitivo, y después es necesario establecer el diagnóstico diferencial de las causas de demencia, para llegar a la conclusión de que se trata de una demencia vascular.
Respecto al diagnóstico de demencia, cuando en una persona se observa deterioro progresivo de las funciones cognitivas (atención, habilidades ejecutivas, aprendizaje, memoria, lenguaje, relaciones sociales) de forma suficiente como para afectar a la capacidad de independencia, se debe iniciar un estudio para evaluar la existencia y grado del deterioro cognitivo. Para ello se utilizan test y escalas neuropsicológicas como el miniexamen del estado psíquico (mini-mental status examination, MMSE), y otros más complejos.
En los pacientes cuyo deterioro cognitivo comienza en relación evidente con un ictus o accidente vascular cerebral, estas pruebas pueden considerarse prescindibles.
Diagnóstico diferencial de las causas de la demencia
Una vez establecida la existencia de demencia, se debe hacer un diagnóstico diferencial para conocer su causa. Esto es importante, sobre todo, porque algunos tipos de demencia tienen un componente tratable o reversible sobre el que se puede actuar. A veces es difícil, porque en un mismo paciente coexisten varias causas; así, no es raro que un paciente con enfermedad de Alzheimer pueda tener también problemas vasculares y pequeños infartos múltiples (demencia mixta).
Además de las diferencias en la clínica que se han comentado, las pruebas que se deben practicar y pueden ayudar en este diagnóstico diferencial de la demencia vascular son:
Creado: 14 de mayo de 2015