Diabetes en el adulto mayor
La diabetes es una enfermedad prevalente en la tercera edad, y puede tener graves complicaciones en las personas mayores. Estos consejos te ayudarán a controlar mejor el índice de glucosa en sangre.

Dieta adecuada en personas mayores con diabetes

Por: Marina García

Periodista, experta en salud y tercera edad

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Cuando se diagnostica la diabetes en la tercera edad, sobre todo cuando ya se han cumplido los 70 años, el tratamiento de la enfermedad se centra en seguir una dieta adecuada. Con unos patrones alimenticios correctos es posible controlar los índices de glucosa en sangre; sin embargo, en las personas mayores se presentan una serie de factores que pueden impedir seguir unas pautas nutricionales muy definidas, como:

  • Problemas de masticación y deglución.
  • Problemas de visión y de movilidad que dificultan la preparación de los alimentos.
  • Mala situación económica.
  • Estado de aislamiento y soledad.
  • Dificultad para recordar las pautas indicadas por el médico.
  • Pérdida del sentido del gusto.

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Dependiendo de estos factores, se deberán explicar y facilitar las pautas nutricionales a la propia persona, y a los familiares o cuidador de la persona mayor, a través de la vía más adecuada (diario de comidas, tabla de alimentos, página web de referencia, aplicación móvil, teleasistencia, etcétera).

Consejos nutricionales para pacientes con diabetes

Las pautas nutricionales pueden variar dependiendo de los factores mencionados, así como del peso y de la actividad que realice la persona pero, en términos generales, su dieta debe ser variada y equilibrada y, en la medida de lo posible, flexible. Como indicaciones generales destacan:

  • Preparados culinarios sencillos, a ser posible a la plancha, hervidos o al vapor, o al horno, que no sea necesario incluir demasiada grasa.
  • Distribuir la ingesta de alimentos a lo largo del día a través de cinco comidas.
  • Evitar los azúcares simples y grasas trans procedentes de la bollería, galletas, platos precocinados, salsas embotelladas, aperitivos y snack de bolsa, y harinas refinadas.
  • La aportación de hidratos de carbono deberá proceder de forma mayoritaria de las verduras, hortalizas y la fruta, que se deben consumir a diario. La ingesta de arroz, pasta y pan se debe limitar y siempre optar por la opción integral sin azúcares añadidos.
  • Las frutas y las verduras no pueden faltar en la alimentación diaria, pero por su contenido en hidratos de carbono de asimilación lenta se debe controlar la cantidad que se toma. A su vez, existen frutas y verduras que aportan más hidratos de carbono, como el plátano, los higos, la patata o los guisantes, por lo que el profesional sanitario tendrá que indicar la cantidad y el momento adecuado para el consumo de cada tipo de fruta y verdura.
  • La carne y el pescado, tanto blanco como azul, también deben estar presentes en la alimentación diaria del mayor con diabetes. En el caso de la carne es preferible consumir las más magras como la de pollo, pavo y conejo, siempre eliminando las partes grasas y pieles.
  • Optar siempre por grasas vegetales, especialmente el aceite de oliva en crudo, ya que como se ha indicado es preferible optar por preparados a la plancha y hervidos.
  • Los lácteos también deben formar parte de la alimentación del mayor por su aporte de proteínas y calcio, pero evitando las opciones más grasas y calóricas como los quesos, la leche entera, y los postres lácteos.
  • En lo que se refiere a las bebidas, la mejor opción siempre es el agua y, como buena alternativa, las infusiones. Los refrescos azucarados, los zumos embotellados, las bebidas alcohólicas y los cafés que se venden ya preparados, están prohibidos por su alto contenido en azúcar. Los refrescos sin azúcar se pueden tomar de forma puntual.
  • Se permite el uso de sacarina y edulcorantes artificiales, pero no se recomienda con el fin de reducir la necesidad de tomar dulce constantemente.

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Creado: 11 de noviembre de 2016

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